Viajando en el nirvana de la soledad un rato para desprenderse de algunos demonios
El Barrancas se quedó de una pieza ahí estaba la costeñita, morenaza de fuego abrazador enfundada en su minifalda, con un escote como si no hiciera frío dejando traslucir el paraíso escondido tras la blusa estampada con la lengua insigne de sus satánicas majestades, los Rolling Stones, su corazón palpitó más de habitual se le…