El que suelte el tigre, que lo amarre, dijo a los banqueros en marzo de 2018.
Y el tigre y el domador hoy le aplauden.
Andrés Manuel López Obrador cedió a la presión de los banqueros, parte medular de La Mafia del Poder.
Y así, no se regularán las comisiones leoninas que cobran a los usuarios de la banca y que significan entre 25 y hasta 35 por ciento de sus ingresos totales.
Más de 35 mil millones de dólares anuales.
Unos 700 mil millones de devaluados, pero útiles pesos.
México es uno de los países donde los bancos cobran las comisiones más altas en el mundo.
Por falta de saldo, por manejo de cuenta, por disposición en efectivo, por tener tarjeta de crédito, por transferencias, por retraso en el pago de tarjeta de crédito, por uso de cajero automático distinto, por respirar, por siquiera portar la tarjeta en la cartera, por lo que usted –mejor dicho, ellos- quiera (n).
O sea, el absurdo, la paradoja: cobran al usuario ¡por tener y jinetear su dinero!
Y, además, IVA sobre comisiones.
Así se las gastan.
O se las ingresan.
Y esos bancos, en su mayoría, ya no son mexicanos, no son nacionales.
Han sido vendidos a inversionistas extranjeros.
Y esto no tiene nada que ver con nacionalismo o patriotismo patriotero.
Es sólo información que deja claro cómo los mexicanos corruptos prefirieron deshacerse de los bancos, al venderlos y sin pagar impuestos, como sucedió con Grupo Banamex-Accival, cuando Citigroup lo adquirió en 12 mil 500 millones de dólares en 2001, con la venia de Vicente Fox Quesada.
Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú, hoy amigo de López Obrador por el tema beisbol – estarán esta noche en la inauguración del estadio de los Diablos Rojos del México- dueños de Banamex, no pagaron impuestos por la operación, porque se hizo a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
¿Lo recuerda?
Ayer, en su primera reunión en Acapulco, Guerrero, en la 82 convención bancaria, ambas partes se echaron flores, se dieron abrazos y dijeron que trabajarán juntos por bien del país.
Y mientras, los mexicanos, el pueblo bueno, continuarán pagando esas comisiones que, generalmente, terminan por ahogarles.
Los banqueros, por si fuese poco, fueron rescatados, salvados por el Fondo Bancario de Protección Al Ahorro (Fobaproa) en 1995, cuando los errores de diciembre de Ernesto Zedillo generaron la enésima crisis financiera en la historia nacional.
Esas multimillonarias empresas han recibido un pasaporte a la impunidad y al abuso.
Ricardo Monreal Avila, coordinador de los senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), presentó un proyecto en noviembre para regular y eliminar comisiones de los bancos.
La Bolsa se desplomó, el peso se devaluó -más, no se ría- y los bancos perdieron en su valor de capitalización alrededor de 82 mil millones de pesos, unos 4 mil 100 millones de dólares.
Imagine y haga cuentas:
Si usted tiene un millón de pesos ahorrado, le pagarán, con todo y la tasa alta que persiste actualmente de 8.5 por ciento promedio anual, unos 6 mil pesos mensuales.
¡Ah!, pero si usted lo debe al banco, porque se le ocurrió solicitar un préstamo, ¡aguas!, porque lo dejan casi encuerado al son de unos 12 mil pesos mensuales, sólo de intereses, sin abono a capital.
Los banqueros jamás perderán.
Y mucho menos con la bendición del gobierno.
El proyecto de Monreal Avila debe mantenerse.
El error fue no consensuar antes de presentar la iniciativa.
Porque, incluso, el director general de Grupo Financiero Banorte, Marcos Ramírez Miguel, dijo apenas el lunes pasado que se han alcanzado ya los primeros acuerdos para disminuir las comisiones.
Y estos consisten en masificación de los servicios financieros, mayor competitividad, combate al monopolio y combate a la pobreza para que haya una mejor oferta y, entonces, el mercado regule por sí mismo la disminución, aumento o permanencia de las comisiones.
López Obrador dijo ayer en la clausura de la convención que no se impondrá, que no habrá iniciativa y que se autorregulen, para que el mercado determine.
A mayor competencia, menores tarifas y montos.
Prometió respaldo y hasta nuevas licencias para tener más bancos e incentivar la competencia.
– En un año regreso y habrá una distinción al banco que haya cobrado las comisiones más bajas a los paisanos que envían sus recursos desde el exterior, dijo.
Luis Niño de Rivera, el clavadista ex comentarista deportivo, subordinado de José Ramón Fernández en el extinto DeporTV, es el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).
Y eso significa que Televisión Azteca será ama y señora del club de Tobi o de banqueros.
El representante de Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca, prometió que cuando concluya el sexenio de López Obrador se contará con una cobertura total de la banca digital en México.
Van por disminuir el uso de efectivo a su máxima expresión.
¡Ah!, e informó que la banca por celular tendrá costo cero. Se llama CoDi.
¿Caso Colosio?
Hoy hace 25 años México sacudió al mundo.
El Estado se deshizo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial incómodo del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Las leyendas urbanas acusan a Carlos Salinas de Gortari.
La realidad a nadie.
Vox Populi o pueblo bueno aseguran que el malévolo expreciso es el autor intelectual.
Yo no sé, pero me sumo a esa sospecha.
Política ficción, como dice El Innombrable.
Le costó mil 500 pesos el Ben ET
Yoni Castillo, alcalde de San Antonio, San Luis Potosí, se sinceró con AMLO.
Asegura que la figura de Benito Juárez que se convirtió en viral en twitter por mal hecha le costó mil 500 pesos.
Nomás.
Vámonos:
¿Quién es el izquierdoso capitalista que trabaja con la izquierda, pero cobra con la derecha?
Le doy una pista: come en restaurantes fifís y toma agua Perrier y Evian.
¿Adivinó?
Su nombre empieza con G de Gerardo y su apellido con F de Fernández.
Dice el diputado del PT que le vale lo que haya concluido la Suprema Corte en torno a los funcionarios que deben desbloquear en redes sociales a quienes les critiquen. Dice que mantendrá el bloqueo, aunque presume aceptar críticas serias y con argumentos.
Hay quienes se llevan y no se aguantan.
O les gusta hacer, pero que no les hagan.
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