No cabe duda, Donald Trump lo logró, a diferencia de López Obrador, cumplió su promesa de campaña y, ahora, puede presumir lo que parecía absurdo para propios y extraños: México pagará el muro que detendrá la inmigración ilegal, hacia la Unión Americana.
Con gran audacia y dando un golpe de autoridad, Trump ha logrado doblegar a AMLO y con él, a todo el gobierno de 4ta., que con gran torpeza y sumisión han cedido a asumir todos los gastos y la operación, para hacer del territorio mexicano “el Gueto de Trump”.
Este resultado deviene del oportunismo de Donald Trump, cuando López Obrador le abrió la oportunidad de auto generar una nueva crisis -de varias generadas en sus primeros seis meses-, en esta ocasión una crisis migratoria.
Recordemos que durante la campaña y al arranque del sexenio, López ofreció abrir la frontera sur a la migración proveniente de Centroamérica, brindando todas las facilidades para el ingreso de los inmigrantes e, incluso, ofertando visas de trabajo, albergues, alimentación y transporte.
Al relajar la política migratoria y dejar de aplicar las leyes respectivas, el gobierno de 4ta. fomentó las caravanas migrantes, donde cientos de miles de centroamericanos cruzaron la frontera sur e iniciaron su éxodo hacia los EE. UU. Incluso, ante tan prometedora oportunidad, caribeños, chinos y africanos apuntaron hacia la frontera sur de México, como la ruta ideal para viajar a la tierra prometida y cumplir el sueño americano.
Y no sólo en inmigración, también el gobierno de 4ta. se relajó en el combate al narcotráfico, donde la propia Secretaría de la Defensa Nacional reconoce que los aseguramientos de droga, por acciones del Ejército mexicano, se desplomaron en el primer trimestre del mandato de López Obrador. Mientras AMLO se ufanaba de dejar de lado toda estrategia de combate al narcotráfico y así lo declaraba en una de sus cirqueras conferencia matutinas: “No hay guerra, oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz, vamos a conseguir la paz”.
Como era de esperarse, Trump no se iba quedar impávido ante la indolencia del gobierno de 4ta., por hacer su tarea y dejar de cumplir las leyes, en materia de inmigración y tráfico de drogas.
Conocido por ser de “pocas pulgas”, Donald Trump da el manotazo en la mesa y amenaza al gobierno de López Obrador con subir los aranceles al 5%, a los productos que exporta México a la Unión Americana, a partir del pasado lunes; y así de manera progresiva del 10, 15, 20 y hasta el 25 por ciento, si el gobierno de México no cumple con su tarea.
De todo lo anterior, lo lamentable y vergonzante para los mexicanos, ha sido la tan atarantada, nerviosa y sumisa respuesta de López Obrador y su gobierno. ante las bravatas y amenazas de Trump.
De manera dócil y timorata, el gobierno guardó un silencio sepulcral ante el anuncio del presidente de Estados Unidos y presurosamente armó una comisión improvisada, para acudir a Washington e “iniciar un dialogo que propiciara el acuerdo” que diera marcha atrás al posible inicio de una guerra comercial. Aunque, en términos de los resultados, pareciera que la encomienda fue pedir perdón y presentar tributo incondicional a todas las exigencias del gobierno americano.
Mientras tanto, en México, el presidente que se aísla del mundo -el que tiene pánico escénico fuera de su terruño, sin la comodidad del discurso simplón y el aplauso fácil de su público cautivo; el que se sabe limitado de preparación, cultura y conocimientos, como para dialogar y estar a la altura de los dignatarios del G20-, cauto en sus palabras y manso de actitud, se limitaba a levantar los brazos y hacer la señal de “amor y paz”; mientras se declaraba ser “dueño de su silencio”.
En resumen, podemos decir que la Delegación mexicana, con el aval y visto bueno de López Obrador, negoció a ganar-perdiendo; Andrés Manuel y Marcelo, cedieron todo y no obtuvieron nada, absolutamente nada que no tuviéramos antes de la amenaza de Trump. Ni siquiera se valoró el acudir a las instancias supranacionales, para hacer valer los acuerdos comerciales internacionales. Como dicen en el barrio, el gobierno de 4ta. corrió a “bajarse los chones, sin siquiera recibir un besito de amor”.
¿Qué lograron López Obrador y Ebrard para México?: Nada, simple y llanamente que no pasara nada, sólo seguir igual como estábamos, hasta antes de la amenaza de Trump. Y eso, condicionado a que el Congreso mexicano apruebe el nuevo acuerdo de migración y tras una prueba de 45 días, que tiene el gobierno mexicano para demostrar que sus medidas migratorias funcionan, tal cual como lo exige el gobierno americano.
¿Qué logró Donald Trump?: que México se comprometa, ahora sí, a aplicar sus leyes (Mexican Enforcement Surge), para contener la migración irregular; que el gobierno mexicano distraiga y despliegue a 30 mil elementos de su Guardia Nacional en la frontera sur; también, que las autoridades mexicanas se comprometan a desmantelar las organizaciones de tráfico y contrabando de personas, así como sus redes ilegales de financiamiento y transporte; que quienes crucen la frontera sur de Estados Unidos, en busca de asilo, sean rápidamente devueltos a México, donde podrán esperar la respuesta a su petición; y, que el gobierno de 4ta. autorizará la entrada de estas personas, por razones humanitarias, y será el responsable de ofrecerles trabajo, cuidados médicos y educación.
Así pues, si hubo algo que festejar el pasado sábado, en Tijuana (en el rimbombante y mal llamado “Acto en defensa de la dignidad nacional y en favor de la amistad con Estados Unidos”), fue que Donald Trump logró por la mala, lo que AMLO difícilmente hace por las buenas: que el gobierno mexicano haga su tarea y aplique sus leyes migratorias existentes.
Mientras tanto, Donald Trump fanfarronea, celebra y presume que doblegó al gobierno mexicano y este “ni las manitas metió”, logrando aquello que se veía descabellado: Que México finalmente pagará por su muro, sino en construcción, si en que nuestro territorio sea la barrera de contención a toda la inmigración ilegal.
Diría vulgarmente la sabiduría popular, al gobierno de 4ta.: “se las dejaron ir y hasta las gracias dieron”.