Los Guardianes de la Revolución iraní informaron de que el ataque con misiles de su fuerza aérea contra la base militar Ain al Asad, situada en Irak y donde están desplegadas tropas estadounidenses, es un primer paso de su “dura venganza” por el asesinato de su comandante, Qasem Soleimaní.
“Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EEUU, advertimos de que cualquier otra maldad, violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante”, aseguró el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución en un comunicado colgado este miércoles en su pagina web.