Andrés Manuel López Obrador reveló ayer que él ordenó liberar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, en el operativo fallido del 18 de octubre de 2019 en Culiacán, Sinaloa.
Que él ordenó detener el operativo y que Donald Trump le llamó uno o dos días después para ofrecerle ayuda.
¿Cómo para qué?
Al hablar sobre seguridad -la mañanera fue para presentar el informe mensual del secretario Alfonso Durazo-, dijo que se defiende la soberanía nacional en la materia y acusó que antes había una injerencia del extranjero.
-Iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa. Y se tomó la decisión, yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente, dijo en su mañanera en Morelos, en el cierre de su segunda gira en pleno pico de la pandemia.
Tres días después de lo sucedido, aseguró que él no había tomado la decisión.
-La decisión la tomó el gabinete de seguridad de manera conjunta, colegiada, los secretarios de la defensa, de marina, de seguridad pública.
Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé, afirmó.
Ocho meses después lo reveló.
O Andrés Manuel tiene mala memoria, o es una más de sus contradicciones.
Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, también aseguró siempre que se tomó en conjunto.
-Nadie decidió liberar a Ovodio. Nunca contamos con la orden de detención, porque en el momento en que ésta se plantea a las instancias correspondientes empieza la movilización criminal y rápidamente aquello se volvió inmanejable. Mi almirante Ojeda, el general Sandoval y un servidor tomamos la decisión del repliegue aún cuando no fuera posible en virtud de las circunstancias llevar detenido al sujeto en cuestión, señalo en el Senado.
La revelación es clave, porque ha sido uno de los momentos críticos en lo que va del gobierno de López Obrador y porque su interacción con la familia de El Chapo Guzmán ha sido, cuando menos, escandalosa.
Saludar de mano a la madre del capo del Cártel de Sinaloa, María Consuelo Loera Pérez, cuando ya estaba la epidemia de coronavirus, en marzo, en Badiraguato, en mero Sinaloa, y la revelación del abogado de la familia, de que la orden fue protegerlo en su gira, no es asunto menor.
Bajan delitos
Por cierto, Alfonso Durazo dio a conocer ayer en la mañanera morelense que en mayo descendieron algunos delitos como el secuestro, con 23.17 por ciento; feminicidio, 5.46 por ciento, y robo de auto, 39.56 por ciento.
En homicidios dolosos, apenas trece menos que en abril, lo que representa medio punto porcentual por segundo mes consecutivo.
Sin duda, la cuarentena ha sido un factor para que disminuyan las cifras negras.
Así lo muestra la drástica caída, por ejemplo, en el robo de vehículo, justo cuando los mexicanos estaban en casa.
En el rubro más grave -homicidios-, las cifras muestran cómo los malandros no descansan ni en cuarentena.
En rojo
La Ciudad de México se mantiene en rojo.
No hubo condiciones para la reapertura, como proyectaba Claudia Sheinbaum.
La jefa de gobierno lo advirtió desde la semana pasada, cuando dijo que ésta era una semana de transición al naranja y anunció un calendario que hizo soñar a los restauranteros, a los hoteleros, a los comerciantes y a los miles de trabajadores que viven de eso.
Pero la realidad es otra.
Es cruel.
Este virus no fue atendido como en otras naciones y Sheinbaum se desmarcó de la estrategia de Hugo López-Gatell tarde.
El aumento de mil a dos mil 700 pruebas diarias y la estrategia de ir casa por casa detectando casos y contactos y dando información es buena, pero debió hacerse desde el principio.
La tasa de contagios, de casos positivos se mantiene en 47 por ciento, dijo la jefa de gobierno ayer, y la decisión, dolorosa, es abrir hasta el fin de junio.
Julio, pues.
Dice que en tendencia de hospitalizados ya se está en amarillo.
Difícilmente Sheinbaum mantendrá otra semana cerrada la ciudad, porque la presión por el daño económico ya es insostenible.
-El viernes pasado que estábamos en una semana de transición y aún cuando continúa disminuyendo el número de hospitalizados, no hay condiciones para pasar al semáforo naranja, pero debemos ser responsables.
No bajemos la guardia, dijo en videomensaje.
Pero la gente ya está en las calles.
Y no volverá a su casa.
¿Cómo los regresan a sus casas, cuando ya les dijeron que salieran?
El daño es histórico.
En un país con 125 millones de habitantes y 55 por ciento en situación de pobreza, 11.6 millones en pobreza extrema, es imposible mantenerles en casa tres meses.
Intolerancia
-Quienes no compartan la política de transformación que se está llevando a cabo, pues con toda la libertad pueden decidir no trabajar en el gobierno. Tenemos gente comprometida con la nación, gente honesta. Ya no hay cabida para simuladores.
Asa Cristina Laurell, su secretaria de Salud cuando fue jefe de gobierno en el entonces Distrito Federal, ¿no estaba comprometida?
De la renuncia de la titular del Conapred, Mónica Maccise Duayhe, sólo hay dos palabras que le resumen: censura e intolerancia.
Mara Gómez, a Atención a Víctimas, no tenía ni para la luz,
Vámonos: Aguas, ya viene la reforma a las Afores.
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