Finalmente, el Instituto Nacional Electoral (INE) bateó a Felipe Calderón Hinojosa y a su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo.
No habrá partido del expresidente.
La noticia, en otras circunstancias, debería ser motivo de celebración.
¿Por qué?
Porque Calderón Hinojosa se robó la Presidencia de México en 2006 y porque en su sexenio comenzó la guerra contra el narcotráfico, que hoy suma en México 300 mil muertos y al menos 40 mil desaparecidos.
Pero no lo es.
Porque el argumento del INE y de sus consejeros –que el orige de al menos 8.2 por ciento del financiamiento no es claro- llama al sospechosismo.
Y dejar fuera a Calderón Hinojosa, única cabeza visible opositora porque el PAN, el PRI y el PRD no existen en estos momentos, de la competencia política, más que electoral, deja el camino libre a Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y a Andrés Manuel López Obrador para hacer lo que les plazca.
Para continuar aniquilando a quien no piensa igual y a quien ose criticarles.
Por eso no es plausible lo que sucedió anoche en el INE.
¿Qué Calderón y su esposa merecen no tener un partido nuevo y vivir del erario?
Debatible.
Si fuese un tema de justicia, ética y moral, sin duda.
Aquel 0.56 por ciento del aiga sido como aiga sido echó el voto de la mayoría, que apoyaba a Andrés Manuel López Obrador, al cesto de la basura.
Fue una operación de Estado.
Un compló, como dijera Andrés Manuel.
Pero como es un asunto de democracia -si existiese, como se pregona-, entonces debería tenerlo.
Ejercer su derecho a votar y ser votado.
Ejercer su derecho a formar un nuevo partido político.
Y a competir en las urnas.
El argumento de los consejeros es ridículo.
Adriana Favela y Jaime Rivera, los dos que modificaron su voto, informaron que de última hora habían recibido una queja en contra del partido México Libre y que no habían leído.
Y votaron en contra.
Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, igualmente.
Irene Cruz y José Martín Faz, impulsados por Morena, también, así como Enrique Andrade, ligado del PAN.
La decisión parece más por presión desde Palacio Nacional que por convicción de los consejeros o por el financiamiento de fuentes no claras.
Calderón pagó de inmediato en las redes sociales su altanería de 2006, cuando dejó una frase para la posteridad:
-Aiga sido como aiga sido, dijo cuando se le preguntó en torno a la serie de irregularidades en el proceso electoral, a la guerra sucia en contra de Andrés Manuel y a ese extraño 0.56 por ciento que llevó Luis Carlos Ugalde, presidente del entonces IFE (Instituto Federal Electoral), a dejar en suspenso el anuncio del ganador.
Ese aiga sido como aiga sido se le revirtió anoche.
Los opositores al matrimonio Calderón Zavala celebraron. Hubo quien sugirió acudir al Angel de la Independencia.
Pero cuidado.
Ese sistema de partido único que pareciera un híbrido entre absolutismo y totalitarismo versión siglo 21 no augura buen puerto.
Los ocupantes de Los Pinos de 2006 a 2012 tienen una última opción: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) vulgo Trife.
Ahí se validará la votación del INE o se rechazará y fallará en consecuencia.
De confirmarse, el Hijo Desobediente, como se hacía llamar, podrá volver a intentarlo hasta 2024.
Y el PES, aliado de Morena, sí
Ah, pero ¿qué cree?
El Partido Encuentro Solidario (antes Social), del farsante Hugo Eric Flores, líder religioso, fue avalado.
Volverá pese a que en la elección presidencial de 2018 perdió el registro por no obtener los votos suficientes.
De hecho, tiene legisladores federales y locales porque se colgó de la imagen de López Obrador en esa alianza que éste hizo en su busca desesperada de votos.
Desde que se conoció la pérdida del registro, el tabasqueño les dijo que les ayudaría para que lo recuperaran.
Y sólo le cambiaron de nombre, pero con las mismas letras para que las siglas fueran las mismas y que la imagen se grabara en el subconsciente de los mexicanos.
Por eso es el PES.
¿Qué curioso, no?
Encuentro Social, perdón Solidario, sí cumplió con todo.
Reitero: en otras condiciones, la decisión del INE, a todas luces por presión desde Palacio Nacional para cerrarle el paso a Calderón, debiera celebrarse.
En las condiciones actuales, no.
Vámonos: Alberto, vete en paz. Tus hijos te amamos.
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