La primera reacción de Andrés Manuel López Obrador fue calificar de montaje el video en el que se observa cómo una enfermera sólo pincha el hombro de un adulto mayor y no inyecta la vacuna.
-Ahora que se está vacunando a los adultos mayores, que es una cosa buena, noble, es una actitud humana, resulta que hay un caso donde están poniendo una inyección, un caso, se han aplicado aquí en la CDMX, donde fue el incidente, como un millón 200 mil vacunas. Entonces, de repente, un caso lo vuelven nota nacional.
Lo que hay que ver es si no fue montado, porque son capaces de todo, no sé ustedes, pero yo conozco un periodista y un canal de televisión que era especialista en montajes. Entonces, no les tengo confianza, dijo Andrés Manuel en su conferencia matutina en Palacio Nacional.
No es si se trata de sólo un caso o de dos o de tres.
Ahí está el otro ocurrido en Tlalnepantla, Estado de México, el fin de semana pasado. Unos días antes.
Una mujer recibió sólo aire de la jeringa.
Pareciera más factible un error en este caso que en el otro, sucedido en la alcaldía Gustavo A. Madero, en un puesto de vacunación instalado en el IPN.
¿Por qué?
Porque en este se inyecta, se hace todo el movimiento, y en la otra, la de Gustavo A. Madero, nomás es el piquete de la aguja.
Y es un tema grave, porque no se sabe qué sucedió, cuál era el objetivo de no suministrar la dosis a la mujer y al hombre; qué hay detrás de lo sucedido.
Porque podría tipificarse como intento de homicidio, ya que creerse vacunado y no estarlo es quedar en indefensión ante el virus mortal.
Porque ambos han sido calificados como “error humano”, pero no parecen serlo.
También están ubicados tanto la señora de Tlalnepantla como el señor de la GAM, en la CDMX.
Que les pregunten, que declaren.
Sin tener absolutamente ninguna prueba no debe especularse, cierto, pero las imágenes -de ambos existe video- son aparentemente contundentes, pero no concluyentes.
Por tal motivo, es absolutamente urgente una investigación y que se sancione, incluso penalmente, si se encuentran elementos.
Y no sólo porque los conservadores o los adversarios pretendan descarrilar o desestabilizar al gobierno de López Obrador.
Si ese fuese el caso, que se aplique la ley.
-Como señaló el presidente, no descartamos ninguna hipótesis de un posible error humano hasta un montaje, en el que tanto la persona aludida como personas externas a la operación, pudieran estar involucradas a lo mejor en presionar, en sobornar o en inducir una conducta inadecuada.
Si esto se documenta, las sanciones pueden tener un carácter incluso penal y extenderse también a aquellas personas que pudieron haber sido partícipes de un elemento así, incluso como autores intelectuales, entonces vamos por todo y lo vamos a hacer lo más pronto posible, dijo.
Y es precisamente por eso que no puede quedar en un “la enfermera ya fue separada de las brigadas de vacunación”, como dice el boletín.
No, Andrés Manuel.
Están plenamente identificadas las implicadas.
En el caso de la GAM, ayer fue señalada como estudiante de enfermería.
Bueno, que se le interrogue. Que se le pregunte cuál era el objetivo de no aplicar la vacuna.
Sencillo.
No se trata de acusar a nadie.
Tampoco de descartar, como acusó en la mañanera Andrés Manuel, un boicot o un plan para echar a perder una estrategia, fallida, acaso, pero, finalmente, estrategia de vacunación.
Y dar con la verdad.
Insisto: no debe acusarse y hasta sentenciarse a priori a las enfermeras.
Y tampoco afectar el programa, que se pierda la confianza en éste, cuando representa la única esperanza real, tangible, de protección ante el letal virus, que en México ha matado ya a más de 500 mil personas, aunque oficialmente sólo se reconozcan 205 mil.
Si hay un plan de desvío de las vacunas, de venta en el mercado negro, o una idea absurda de apoderarse de algunas dosis, no a gran escala, para consumo personal -familiares, amigos o cercanos-, debe saberse.
Y con absoluta transparencia.
Eso evitará que se manche un esfuerzo tan grande -reitero, independientemente del lento avance por falta de planeación- por vacunar a cuando menos 80 millones de mexicanos, de los 126 millones que reporta el Inegi ya.
Es obligatorio.
Vámonos: Dar por muertos al PRI y al PAN es un error. Las primeras encuestas los ponen a la delantera en al menos ocho estados, de quince que se disputarán.
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