El Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que ni es verde ni ecologista ni partido ni, mucho menos, de México, es el basurero de priistas traidores.
Sí, cuando alguien ya no quiere a un integrante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por desleal y por falto de palabra, valores y honestidad lo tira ahí, en los desechos tóxicos.
Ahí están, por ejemplo, Jorge Carlos Ramírez Marín y Eruviel Ávila Villegas.
El primero, diputado local, federal, dirigente partidista, secretario de Estado y senador por el tricolor.
Hoy, como no le dieron la candidatura a gobernador de Yucatán, se fue, primero, a Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y, luego, al PVEM.
Al trepador político, que ha vivido desde los 20 años del erario -fondos públicos-, el PRI le parecía maravilloso… hasta que quedó fuera del presupuesto.
Igualito que Manuel Bartlett Díaz, Ricardo Monreal Ávila, Esteban Moctezuma Barragán, Alfonso Durazo Montaño, Félix Salgado Macedonio, Alejandro Murat Hinojosa, Adrián Rubalcava Suárez y Omar Fayad Meneses.
Muchos, acaso no afiliados pero sí alineados.
ERUVIEL, SALTIMBANQUI Y TRAIDOR
La lista es, prácticamente, interminable.
También aparece el antipático Eruviel Ávila Villegas, ex diputado local, ex alcalde de Ecatepec y ex gobernador del Estado de México, que sólo era bueno para repetir un día sí y otro también lo que decía su patrón, Enrique Peña Nieto, cuando era presidente.
Hoy, Ávila Villegas, que hasta a dieta se puso y se rasuró su ridículo bigote al llegar a gobernador, ya que era obseso cuando fue alcalde de Ecatepec, se ha sumado a la fraudulenta organización que ni a partido llega.
Y falta el más tramposo y malandro de todos los desleales: Miguel Ángel Osorio Chong, que prefirió perderse entre viajes, becas y billete mal habido de cuando fue gobernador de Hidalgo y secretario de Gobernación, que dar la cara.
Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, lo encaró y el de Hidalgo nomás no supo qué hacer. Prefirió esconderse como niño de primaria, antes que enfrentar y ahondar las diferencias con el ex gobernador de Campeche.
Así son todos los trepadores, que sólo quieren estar cobrando del erario.
LENIA BATRES, LA FARSANTE
La dizque ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), hermana de Martí Batres Guadarrama, trepador que se mete como la humedad, devolvió, tal como se lo ordenó el que le dio la beca, 83 mil pesos a la Tesorería de la federación, porque, dijo, “nadie puede ganar más que el presidente”, como lo señala la Constitución.
El mundo entero sabe que la señora del léxico florido sólo pretende quedar bien con su padrino e impulsor.
Porque si fuese el caso, la señora que fue exhibida en video llamando a una mujer “hija de su reputísima madre” en una vecindad de la Ciudad de México, ya habría ordenado a su hijo, Emilio Batres Guadarrama, no cobrar como abogado en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, donde recibe 29 mil 753 pesos mensuales brutos por asesoría jurídica, cuando no tiene título que le acredite como tal.
Al iniciar 2023 cobraba 12 mil 541 pesos brutos, según se puede corroborar en la Plataforma Nacional de Transparencia, pero, sorprendentemente, escaló hasta llegar a los 30 mil “que no gana ni Obama”.
La familia Batres Guadarrama es un club de vividores y acomodaticios. En primer lugar, evidentemente, Martí. Luego, vendrán todos en cascada.
Vámonos: Claudia Sheinbaum debería conocer la vergüenza. Mire que hacerse la víctima cuando ella propició que le atacaran en redes.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex