La exhibición México antiguo: maya, azteca y Teotihuacan viaja al Museo Nacional de Arte de Osaka, en Japón, después de su exitosa presentación, en 2023, en los museos nacionales de Tokio y de Kyushu, donde recibió la vista de más de 420,000 personas.
La muestra abrirá en esa ciudad portuaria el 6 de febrero de 2024, para finalizar su presentación en Japón el 6 de mayo de 2024. La exposición es organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la productora Nippon Hoso Kyokai, en conjunto con las tres sedes de la muestra.
Exhibirá alrededor de 140 objetos, cuidadosamente seleccionados, de las zonas arqueológicas de Palenque, Toniná, Teotihuacan, Templo Mayor y sus museos de sitio, así como de los museos Nacional de Antropología, Regional de Antropología de Yucatán y del Mundo Maya, de Mérida; del Proyecto Templo Mayor (PTM) y la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Presenta obras originales invaluables, como el ajuar de la Reina Roja de Palenque, acervo del Museo de Sitio de Palenque; objetos de oro recuperados en las temporadas recientes de salvamento arqueológico del PTM y esculturas de piedra verde del Proyecto Tlalocan, de Teotihuacan.
Otras piezas que se apreciarán son un Chac Mool, de la colección del Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón; el guerrero águila y una olla Tláloc, procedentes del Museo del Templo Mayor; el Disco de la Muerte, del Museo Nacional de Antropología; y esculturas monumentales halladas en la Pirámide de la Serpiente Emplumada, acervo de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, entre otras.
La muestra fue concebida para transmitir al pueblo japonés y al público asiático la profundidad de las civilizaciones antiguas de México, particularmente de las más conocidas: la maya, la mexica y Teotihuacan, las cuales prosperaron a lo largo de más de tres milenios en el periodo que va de 1500 a.C. a la llegada de los colonizadores españoles, en el siglo XVI.
A través de cuatro ejes temáticos, la exposición explora la fascinación y la complejidad imperecederas de estas culturas, mediante un análisis de sus cosmologías únicas, las manifestaciones artísticas que crearon en entornos diversos, así como las expresiones universales de oración con las que suplicaban a los dioses y a la madre naturaleza.
Los ejes temáticos son: “Una invitación al México antiguo”, dedicado a la civilización olmeca, surgida en el Golfo de México alrededor del 1500 a.C. Se dice que fue raíz de las diversas civilizaciones que se desarrollaron en Mesoamérica. En ese vasto entorno natural, la vida de las personas se sustentaba en plantas cultivadas como el maíz, así como en animales y plantas silvestres. Con el tiempo, se creó un calendario preciso, basado en observaciones astronómicas, y se desarrollaron varios rituales y sacrificios a partir de la oración y el temor a los dioses que traían fertilidad y desastres.
El segundo apartado, “Teotihuacan, Ciudad de los Dioses”, alude a esta civilización del Altiplano Central mexicano, a partir de temas como sus pirámides, lugares ceremoniales, instalaciones de elite y zonas residenciales, las cuales estaban cuidadosamente alineadas alrededor de un enorme espacio llamado la Calzada de los Muertos. Destaca el simbolismo de las pirámides del Sol y de la Luna.
La civilización maya floreció en Mesoamérica desde aproximadamente el 1200 a.C. hasta el siglo XVI. Se formó una gran sociedad en red mediante el comercio y el intercambio entre ciudades y, a veces, mediante la guerra, aspectos que toca el tercer eje: “El ascenso y la caída de las ciudades-Estado mayas”, el cual también expone cómo reyes y aristócratas desarrollaron una cultura distinta con una poderosa visión del mundo. Destaca el ajuar de la Reina Roja, cuya máscara es reconocida como una obra maestra del arte dinástico, la cual se exhibe por primera vez en Japón.
La civilización azteca fue fundada en el centro de México entre los siglos XIV y XVI. La capital, Tenochtitlan, era una ciudad sobre un lago y con una gran pirámide, llamada Templo Mayor, construida en el centro, la cual estaba dedicada a los dioses Huitzilopochtli y Tláloc, y cuya cosmovisión es abordada en el último apartado, “Gran templo azteca de Tenochtitlan”.