POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
Es una cifra que, bajo cualquier indicador, son muchos millones. A nivel nacional la cifra se calculó en 80 millones, lo cual sigue siendo un número considerable. Los 170 millones fueron el número de vistas del Hashtag Narcopresidente que corrió por el territorio nacional y por países como Argentina, Colombia y Holanda. Fue una acción orquestada para dañar la imagen del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. No hubo el menor recato ni la mínima prudencia para lanzar esa campaña de profundo odio y desesperación ante los holgados porcentajes de las encuestas en favor de la candidata de Morena a la presidencia de la república.
El coraje está subiendo de nivel y no para. Eso es una mala señal, porque son capaces de elevar la ferocidad de sus acciones. En ese sentido, peligra la estabilidad política del país. Están enojados. Doña Xóchitl fue a Estados Unidos implorando, esa es la palabra correcta, la intervención de ese país. Pidió lo que tanto daño ha causado a México y a los países latinoamericanos por el imperativo de la doctrina Monroe y la política exterior ejercida por Henry Kissinger.
Seguramente ignora, y es una pena porque estudió en la UNAM, el golpe de estado en Chile y las dictaduras impuestas desde los Estados Unidos en Centro y Sudamérica. Dolor, muerte, pobreza, marginación, atraso y otras calamidades provocadas por el país al que doña Xóchitl fue a pedir su intervención contra el primer gobierno de izquierda en la historia de México. Es de un cinismo ruin y un entreguismo ofensivo para los mexicanos que esta candidata haya dedicado cinco días de una campaña presidencial para ir a pedir la intervención de los Estados Unidos en nuestro país.
Es evidente que la señora no lee ni ha estudiado algo de la historia de México, mucho menos de los países de la región, pero es válido preguntarle ¿existe un país donde los Estados Unidos hayan ido a construir la democracia? ¿sabe del papel desempeñado por los Estados Unidos en Centroamérica para imponer los intereses de la United Fruit Company? ¿sabe que a los países donde tenía presencia esta empresa los llamaban ofensivamente “repúblicas bananeras”? ¿sabe que la empresa influía en los gobiernos para poner dictadores a modo para tener más ganancias y no reconocer ningún derecho a los campesinos? ¿si sabe que en junio de 1954 medios de comunicación de los Estados Unidos, la CIA y la United Fruit Company orquestaron una campaña para derrocar al único presidente de Guatemala electo por mayoría del pueblo? ¿sabrá que la OEA es la causa de la inestabilidad política de Perú y Bolivia.
Son preguntas para doña Xóchitl, please, your answer in spanish. Ella sabe que si hubo un Estado narco fue en los sexenios que alternaron los partidos que la apoyan. Ella y varios de sus cercanos están señalados de cometer delitos que los han enriquecido por el desvío de dinero público. Operaciones simuladas, contratos leoninos, prestanombres, licitaciones arregladas, tráfico de influencias, fuga de dinero a paraísos fiscales. Para ella no son delitos, no son delincuentes, ahora se llaman perseguidos políticos.
En esa categoría están Cabeza de Vaca, Anaya, Alito, Taboada y legisladores panistas del cartel inmobiliario, su coordinador de campaña en Nuevo León, Francisco Cienfuegos, al que el gobernador de esa entidad denunció públicamente por malversar más de mil millones de pesos. El colmo es que varios de los llamados perseguidos políticos van a ser legisladores por la vía plurinominal.
Solo para cerrar, ¿sabe usted, doña Xóchitl, de la actuación del embajador norteamericano en los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez?