¿Cómo se explica que Andrés Manuel López Obrador, su gobierno y su candidata, Claudia Sheinbaum Pardo, tengan popularidad, pese a los 200 mil ejecutados, al millón de muertos por Covid, a que se dejó sin Seguro Popular y sin medicamentos a 50 millones de mexicanos y a los 27 muertos del Metro porque no se le dio mantenimiento?
Es sencillo: los 872 mil millones de pesos que el ocupante de Palacio Nacional regaló en 2023 y este año en pensiones y becas de todo tipo harían popular y reconocido a cualquiera.
Desafortunadamente, el dinero compra todo y el voto no es la excepción.
No hace falta ser experto para darse cuenta que eso es lo que mantiene al tabasqueño en las preferencias, pese a ser mentiroso, agresor, polarizador, misógino y corrupto, aunque todos los días lo niegue desde su púlpito en Palacio Nacional, donde predica cual sacerdote.
¿Usted cree que, por ejemplo, una pareja de adultos mayores va a votar en contra de quien, engañándolos -el dinero no es de él sino de todos los mexicanos que pagan impuestos-, les regala 12 mil pesos bimestrales, seis mil mensuales, con los que comen y pagan sus servicios?
Claro que no.
Y esta no es una crítica a la pensión que recibe -mismo ejemplo-, una pareja de ancianos, en su mayoría abandonados a su suerte por sus hijos y su familia y con bajos o nulos ingresos, sino al uso electorero que le da Andrés Manuel López Obrador para comprar votos.
Ya lo dijo él mismo en enero de este año:
–Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya se sabe que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media ni con los de arriba ni con los medios ni con la intelectualidad.
Entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política.
La crítica es a los recortes obsesivos y autoritarios a todos los programas sociales, que dejaron sin medicamentos a los niños y a los adultos enfermos de cáncer y a los derechohabientes en general del IMSS y del ISSSTE.
Que dejaron sin equipo tan básico como guantes, cubrebocas y caretas al personal médico que enfrentó, sin experiencia y heroicamente, la epidemia de Covid-19, lo que le costó la vida a más de 4 mil.
Que negaron vacunas a los niños contra Covid, con Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Salud que llamó golpistas a los que tuvieron la ocurrencia de enfermar de cáncer para afectar al gobierno.
O que cerraron estancias infantiles, eliminaron las becas del Conacyt a estudiantes y bajaron el presupuesto al INE, al Poder Judicial y a decenas de instituciones más.
Y que heredarán a la próxima presidenta un sistema de salud que jamás será como el de Dinamarca, como prometió López Obrador.
Basta recordar que el fraude en Segalmex duplica los 7 mil 600 millones de pesos de la llamada Estafa Maestra, cometida en el gobierno de Enrique Peña Nieto con la triangulación de recursos mediante universidades.
Hoy, treinta años después, han desaparecido 15 mil millones de pesos de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), dirigida nuevamente ¡por Ignacio Ovalle Fernández, su protector y amigo!
Y el Ejército que llamaba criminal y calificaba de asesino cuando candidato, hoy empoderado y sobrecargado como nunca.
Más claro ni el agua.
La popularidad, regalando dinero
Claudia Sheinbaum Pardo tiene miedo de perder y por eso se esconde, rehúye a eventos donde puede estar en riesgo de ser exhibida.
Por eso no fue ayer a la reunión con la Coparmex, dizque por agenda llena.
La candidata presidencial impuesta por Andrés Manuel López Obrador en Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido que inventó y administra, tiene un carácter irascible que ya ha mostrado en diversas ocasiones.
Y eso le podría restar más votos.
La realidad es que, efectivamente, la ex esposa de Carlos Imaz Gispert, el alcalde de Tlalpan que fue grabado en video recibiendo miles de dólares de Carlos Ahumada Kurtz, novio de Rosario Robles Berlanga y empresario de la construcción, sabía perfectamente que su marido recibía ese billete, pero calló como momia.
Los votantes han sido bombardeados desde hace un año con la cantaleta de que Sheinbaum es la favorita y que su ventaja es superior a 20 puntos. Nada más falso.
Como sucede con Andrés Manuel, Claudia Sheinbaum no es la excepción: su popularidad depende del dinero regalado y de la imagen de su impulsor.
Asfixiados, los medios van con Claudia
Los medios de comunicación agonizan porque este gobierno del obsesionado y frustrado Andrés Manuel les recortó más del 80 por ciento de la publicidad oficial que recibían.
Salvo La Jornada y El Heraldo, afines al gobierno fracasado morenista, el resto de los periódicos, revistas, estaciones de radio y de televisión ya no aguantan otro sexenio así.
Esa es la explicación de por qué se prestan a difundir las encuestas que son, en su mayoría, pagadas y cuchareadas -AMLO dixit-a favor de Claudia.
Es como la época del PRI, que tanto critican y, ahora, son iguales.
Vámonos: Ceci Flores, la madre que busca a su hijo desaparecido por criminales, volvió a ir a Palacio Nacional el martes, ahora vestida de beisbolista para ver si así sí la recibía. Nada.