POR NORBERTO HERNÁNDEZ BAUTISTA
S.O.S a los políticos. Este señor, OG Harfuch merece de toda su atención y todo su cuidado. Ojo, no vayan a decir luego que los durmieron o “los agarraron como al tigre de Santa Julia”. Es policía de carrera, nieto del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional durante los lamentables hechos de la masacre del 68, hijo de Javier García Paniagua, quien fuera titular de la Dirección Federal del Seguridad, secretario de la Reforma Agraria, presidente del PRI Nacional y aspirante a la presidencia de la república en los tiempos de José López Portillo (Jolopo) a quien dicen los chismes y los mitos de la política de aquellos años, que al enterarse que no sería el candidato presidencial, se puso furioso, vio al mandatario y le puso una cachetada.
Molestia debió existir, lo del golpe hubiera costado la vida a don Javier García. El presidente era intocable. Como a Cuauhtémoc Xocoyotzin, a quien ningún mortal podía mirar a los ojos por el poder que el tlatoani mexica encarnaba. Esos desplantes solo se los permitió el presidente Díaz Ordaz a “la Tigresa” y “viendo lo bien mirao” justificadas razones tenía el trompudo para dejar que sucediera. Lo cierto, o lo más lógico, fue que el país vivía una devastadora crisis económica que requería de un presidente sucesor con una formación profesional para enfrentar los retos financieros. El candidato fue Miguel de la Madrid Hurtado y no Javier García Paniagua, quien más que amigo de “Jolopo” era amigo de las hermanas del presidente, en especial de Margarita López Portillo.
En segundas nupcias, Javier García Paniagua se casó con la cantante y actriz de telenovelas María Sorté, oriunda de Chihuahua. De este matrimonio nació OG Harfuch. Y, ¿todo esto es relevante? Para “el Batman de la policía”, que acaba de ser nombrado titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, es todo. Su formación académica no tiene los grandes títulos, tampoco los requiere, él es policía, esa es su vocación. “De casta le viene al galgo”. Es el único mando conocido en el país que ocupó una secretaría de seguridad pública que tiene una percepción aprobatoria. Eso es un mérito a destacar en una tarea en la que todos los partidos que han alternado en las funciones de gobierno del Estado mexicano están reprobados.
OG Harfuch fue el funcionario clave, junto con Ernestina Godoy, para el éxito del trabajo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, de Claudia Sheinbaum, ahora presidenta virtualmente electa de México. No fueron los políticos los que apoyaron estratégicamente a la jefa de Gobierno, fueron dos técnicos que supieron acompañarla en los momentos de crisis en el desempeño de su responsabilidad pública. Los dos eran bien evaluados por los electores de la Ciudad de México, uno y otro hubieran sido mejores candidatos a ocupar la candidatura a jefe de gobierno por Morena y sus aliados del Verde y PT.
Los electores estuvieron más inclinados a OG Harfuch que a Clara Brugada; él ganó la encuesta, pero el género no permitió su candidatura. Cosa extraña para un policía, ser bien evaluado en su trabajo al grado de quererlo como autoridad en funciones de gobierno. Fue a la elección como candidato a senador y ganó. Será legislador algunos días y luego asumirá el cargo más complejo para un funcionario en el país.
OG Harfuch retrata bien, habla bien y no se va de boca; es empático. Está naciendo una estrella en un escenario tan sorprendente como es el servicio público. Si lo hace bien, estará en la pelea por la sucesión presidencial del 2030.