Guanajuato, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León, Baja California, Estado de México y Guerrero son los estados más sangrientos del país.
Esas siete entidades concentran el 49.4 por ciento de las 30 mil 48 ejecuciones registradas en todo 2024 y que, desde diciembre de 2018, cuando comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, hasta el 9 de enero de este año, ya con Claudia Sheinbaum Pardo, superan las 209 mil.
Estas cifras, no obstante, representan según el gobierno federal una disminución de 18.3 por ciento en el número diario de homicidios entre 2018 y 2024, al pasar de 100.5 en promedio a 82.1 cada 24 horas, de acuerdo con el Inegi.
Al respecto, Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, asegura que al 9 de enero los gobiernos de Morena suman 209 mil 85 homicidios. “México registra 209,085 homicidios, con 74 vidas perdidas en un solo día.
El Estado ha fallado en su deber de garantizar la seguridad. Chiapas y Morelos se suman a los estados más violentos, confirmando que la violencia no tiene fronteras. No basta culpar al pasado ni recurrir a discursos triunfalistas.
México exige seguridad, justicia y paz para millones de familias que enfrentan esta crisis todos los días”, publicó el priísta en equis.
Está claro que la estrategia de abrazos, no balazos que el de Tabasco aplicó durante todo su fallido gobierno no funcionó. ¿Por qué? Porque aunque los números muestran esa ligera baja engañan ya que no se ha enfrentado al narcotráfico ni al crimen, lo que significa menos bajas tanto en las fuerzas del orden como en las células delincuenciales.
Al mismo tiempo, confirman la gravedad del problema porque esa cantidad significa un recrudecimiento de la violencia y la delinciencia, aunque el gobierno insista en la efectividad de su estrategia.
Además, desde el gobierno de López Obrador existe un subregistro, una cifra negra, porque no se contabilizan todas las muertes.
Los estados no reportan con claridad todas las muertes que ocurren a diario, lo que deriva en estadísticas poco confiables. En 2018 se registraron 36 mil 685 homicidios dolosos, cifra que disminuyó a 32 mil 223 para el 2022, de acuerdo con datos obtenidos y reportados por el Inegi.
En contraste, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) reportó que en el mismo periodo las desapariciones y no localizaciones pasaron de 7 mil 271 a 9 mil 284. Además, desde Palacio Nacional se ha ordenado destacar los homicidios en los estados gobernados por la oposición y minimizar los de las entidades en manos de Morena.
La estrategia de comunicación es saturar las redes sociales -principalmente equis- mediante los propagandistas a sueldo, con comentarios en contra de los esas entidades en manos de la oposición.
Sinaloa, por ejemplo, vive una guerra entre Los Chapitos y La Mayiza, desde que Ismael El Mayo Zambada fue traicionado por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, para entregarlo en Estados Unidos, en julio de 2024. Desde entonces ha habido más de 664 ejecuciones, de las mil que sumó en todo 2024. Y el gobernador Rubén Rocha Moya no ha sido tocado ni por el pétalo de una rosa, pese a que fue acusado por El Mayo de estar implicado en la narcoreunión en la que fue traicionado y llevado a Estados Unidos.
Lejos de investigarlo, López Obrador y Sheinbaum Pardo lo respaldaron.
En cambio critican un día sí y otro también a Guanajuato, que gobierna el PAN y que está en el grupo nada selecto de entidades sangrientas. Vámonos: Cien días y 78 por ciento de aprobación. Claudia Sheinbaum presume el apoyo del pueblo bueno y sabio, pero no dice que éste se debe al dinero que regala su gobierno, tal como lo hacía López Obrador.
En total, el tabasqueño regaló 2.785 billones de pesos. Sí, millones de millones. Y ella regalará más. Y se endeudará más al país.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex