Pausado, como es su estilo de priista de la vieja guardia, a veces histriónico, y con la experiencia política de toda una vida desempeñando cargos públicos y legislativos contestó de todo. Siempre cercano a los hombres del poder hegemónico. Entre muchas cosas recordó que Diana Laura le pidió que no fueran asesinar al detenido por la muerte de su esposo, asegurándole que llegara vivo. La viuda no quería que sucediera lo mismo que ocurrió en el caso del presidente John F. Kennedy, cuando liquidaron al asesino.
Según Manlio Favio algunos canallas, buscaban cómo distraer la atención de lo que podría haber sido su responsabilidad en todos estos acontecimientos, no porque ellos hayan sido los ejecutores o quienes estuvieron atrás de Mario Aburto, si no que buscaban la confusión. En ese momento había una gritería alrededor del ambiente que se había creado y que era el causante, en buena parte, del asesinato de Donaldo y este lo había provocado Manuel Camacho; en fin, soltaron muchas especies para confundir y entretener al respetable y hubo hasta quienes cayeron en la trampa. La actitud de Manuel Camacho, en su momento, era tan retadora que no permitía que se consolidara en el imaginario de la mayoría de los mexicanos que ya había un candidato inamovible como era Luis Donal Colosio, después del movimiento zapatista.
Lo sorprendente sobre la versión expresada por Manlio Fabio fue lo dicho por Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del candidato asesinado, en entrevista con Carlos Loret de Mola:
—Algo que la gente quizá no sabe es que, pasa lo de mi papá y, pues, realmente nosotros nos sustrajimos por completo del entorno político durante casi treinta años; las amistades se esfumaron, realmente los amigos verdaderos, muy contados, si se mantuvieron presentes. Muchos de ellos no están en la política. Muchos de estos reciclados que voy a encontrarme como compañeros de curul, realmente no eran amigos, amigos.
—¿Han usado el nombre de Colosio para hacer campaña?
—Si claro, uno lo está haciendo hasta la fecha en Sonora.
—¿Manlio?
—sí.
—¿Te lo prefieres encontrar o prefieres no encontrar?
—Me gustaría no tener que encontrármelo nuevamente en el senado, sea yo o no sea senador. Creo que es de esas figuras, como bien dices, que ya están demasiados recicladas y una de las figuras que también se ha jactado más de ser una gran amistad de Luis Donaldo Colosio cuando en realidad no lo fue.
La condena pública a Manuel Camacho fue irremediable. Rubén Luengas lo recuerda así: “cuando llegó Camacho al funeral de Colosio, en Gayosso de Félix Cuevas, la gente empezó a gritar ¡asesino, asesino, asesino!”. En marzo de 2024, la periodista Norma Meraz fue entrevistada por Joaquín López Dóriga, donde hizo una narración nunca conocida. Ella, por amistad con la familia de Luis Donaldo Colosio, le tocó viajar y estar con la esposa, la señora Diana Laura Riojas, casi al momento cuando ocurrieron los hechos; fue con ella al hospital donde pasó a ver al candidato presidencial del PRI cuando ya había perdido la vida.
La propia esposa de Luis Donaldo, en plática telefónica con el presidente Salinas, exigió que no se aparecieran durante el velorio Córdova Montoya ni Manuel Camacho Solís. A ninguna de esas dos personas las quería ver ahí. Pero ocurrió que, Durante el velorio, Norma Meraz empieza a escuchar: ahí viene Camacho; entonces se acerca a Diana Laura, para informarle que viene Manuel Camacho. Ella pregunta ¿dónde está Durazo? Norma fue en busca de Alfonso Durazo para comunicarle, te habla la señora Diana Laura. Ella le dice: ¡lo sacas tú o lo sacó yo!
Continuará…