Claudia Sheinbaum Pardo estaba desencajada.
Molesta, enojada, furiosa, frustrada porque Michoacán y el país se le salieron de control y jamás creyó que a ella, la todopoderosa, la que tiene mil por ciento de popularidad y aprobación, le sucedería.
En su conferencia de Palacio Nacional – ¡cuánta originalidad! ¿verdad? – un día después de que el narcotráfico asesinara a Carlos Alberto Manzo, alcalde de Uruapan y líder del movimiento llamado El Sombrero, durante las festividades por el Día de Muertos y tal como hacía su antecesor y protector, Andrés Manuel López Obrador, la presidente acusó una campaña de sus adversarios, los conservadores y neoliberales, para afectar a su gobierno y a ella.
Y, con el mismo discurso, los llamó “carroñeros”.
¡Cuánto cinismo y descaro!
La señora que vive en Palacio Nacional, tal como el farsante de Tabasco, ¡es la víctima!
Sí, no Carlos Manzo ni Bernardo Bravo, líder de los limoneros ejecutado una semana antes también en Michoacán, ni los miles de mexicanos asesinados.
Y, como dicta el guion del de Macuspana, Sheinbaum culpó a Felipe Calderón de la violencia que se vive en Michoacán, porque, precisamente, fue ahí donde comenzó la guerra contra el narcotráfico del presidente formado en el PAN, en 2006.
Lo que no dicen ni Sheinbaum ni los zalameros de Morena es que esa guerra, ciertamente utilizada por Calderón para legitimarse después de aquel 0.56 por ciento en su triunfo en las elecciones de 2006 sobre López Obrador, es que el envío del ejército a Michoacán fue a petición de Lázaro Cárdenas Batel, entonces gobernador por el PRD, hijo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y hoy asesor de la presidente en Palacio Nacional.
Las protestas, los reclamos, la exigencia de justicia y el hartazgo -no sólo de los michoacanos sino de millones de mexicanos-, que tomaron las calles de Uruapan y Apatzingán así como en las benditas redes sociales, espantaron a Sheinbaum y a su equipo.
El Tigre, con el que amagó siempre López Obrador, despertó y el temor se apoderó de la ex esposa de Carlos Imaz, otro malandro de la presunta izquierda que está en el retiro por corrupto.
La convocatoria a una marcha el próximo domingo 15 de noviembre en la CDMX y en las principales ciudades del país para exigir el fin de esta violencia y hasta la revocación de mandato para que Sheinbaum deje la Presidencia fue el detonante de una reacción furiosa de quien se hace llamar “presidenta con a”.
Hasta Estados Unidos condenó a través de su vocera, Karoline Leavitt, el asesinato de Manzo:
-Respecto a este asesinato que ocurrió en México, el gobierno del presidente Trump sabe de esto y por supuesto condenamos toda la violencia política en cualquier lugar y en todas sus formas, dijo la portavoz presidencial en conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Incluso la versión de que Donald Trump prepara una incursión militar en contra de los cárteles de la droga en México volvió a tomar fuerza y la cadena de televisón NBC lo informó, de acuerdo, dijo, con fuentes cercanas a la Casa Blanca, lo que fue negado por Sheinbaum.
Rápidamente, su maquiavélico equipo de asesores ideó recurrir al truco de los mediocres: la trillada Caja China o distractor para, como dice su nombre, desviar la atención y desfogar la presión sobre la ex porro de la UNAM.
– ¡Gran idea!
Sí, enviar a un presunto borracho y delincuente de poca monta a fingir un acoso, a montar un espectáculo, porque urgía bajar el volumen y tono al caso Michoacán.
Y como dicen los políticamente correctos – a los que me sumo- la violencia contra las mujeres debe ser condenada y castigada, porque en México lejos de terminar o disminuir va en aumento, pero este burdo montaje para atajar el creciente descontento social es inaceptable y ridículo.
Lo hicieron el PAN, el PRI y el PRD, cuando fueron gobierno.
Y hoy lo hace Morena, que dijo ser distinto.
En consecuencia, Sheinbaum mantuvo el discurso en su conferencia de Palacio Nacional para desviar la atención y hasta una iniciativa para terminar con la violencia contra las mujeres ya anunció.
Y la orden a todos sus zalameros a sueldo no podía faltar: bombardeo en redes sociales y en el discurso, en las entrevistas y en toda clase de medio de comunicación para sostener la mentira, la puesta en escena.
Facebook, Instagram, Equis, TikTok, radio, televisión y periódicos, inundados por personajes de la dizque 4T condenando el supuesto acoso a Sheinbaum, pero no el asesinato de Manzo ni, reitero, de ninguna víctima.
Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, reprobó cualquier tipo de acoso o maltrato a las mujeres – en caso de que fuese cierto- pero aseguró que éste es un burdo montaje para desviar la atención.
Porque si se tratara de condenar la violencia contra las mujeres hubieran salido igual a manifestarse cuando el narcotráfico ejecutó a la profesora jubilada de Veracruz, Irma Hernández, que trabajaba como taxista para completar su ingreso, sí, a quien la sinvergüenza gobernadora Rocío Nahle mató “les guste o no les guste” de un infarto.
Citlalli Hernández, la titular de la Secretaría de las Mujeres, farsante y trepadora como es, hasta acudió a la conferencia de palacio pero, reitero, nadie se ha manifestado así cuando alguna otra mujer ha sido maltratada, abusada o asesinada.
Como dicen en las redes sociales: disfruten lo votado.
Vámonos: Otra estupidez de López Obrador que ya tiene consecuencias: el gusano barrenador está de regreso y avanza en todo el país. El demente de Tabasco recortó recursos al Senasica, responsable de la estrategia para combatir la larva, y permitió el ingreso de ganado de Centroamérica sin revisiones.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex







