La cantante austríaca Conchita Wurst, ganadora del festival de Eurovisión, ha denunciado hoy que se esté retrasando “tanto” la equiparación de derechos de los homosexuales e insistió en que su triunfo alimenta la tolerancia y el respeto.
“No entiendo por qué aún no se ha producido la equiparación absoluta y por qué está tardando tanto”, señaló Wurst, el alter ego artístico del cantante Tom Neuwirth en declaraciones a la radio pública austríaca ORF.
La barbuda cantante aseguró que está impaciente y que no necesita ningún debate político en su país, “sino una decisión”.
Tras el triunfo en Eurovisión, Conchita Wurst ha sido elevada a la categoría de heroína nacional y ha sido felicitada como tal por el Gobierno, los medios e incluso la Iglesia católica de Austria.
De hecho, el partido socialdemócrata, que forma Gobierno junto al Partido Popular austríaco, ha usado la fama de la artista para reclamar a su socio que se den pasos en dirección al matrimonio homosexual y la equiparación de derechos.
Wurst aseguró que no se siente “instrumentalizada” por esa estrategia de los socialdemócratas, aunque aseguró que no está comprometida políticamente.
Sobre el aparente aumento de la tolerancia sobre la identidad sexual en su país, reconoció que no es tan ingenua como para no saber que parte de esa ola de respeto puede ser fingida.
“Si hay gente que está obligada ahora a ser tolerante hacia afuera, sin quizás ni siquiera serlo, no es para mí, por supuesto, el mejor resultado final pero sí un gran paso en la dirección correcta”, analizó.
Conchita Wurst, que hoy actuará en el Life Ball de Viena, una de la mayores galas benéficas del mundo en la lucha contra el sida, insistió en separar el personaje con la persona.
“Cuando quiero publico y atención es Conchita, y si no es Tom”, explicó.