CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Con los puños a lo alto se dio la orden y todos interrumpieron sus labores para guardar silencio; apenas le soltaron la correa, Koi se dirigió a los escombros del edificio colapsado del Colegio Enrique Rébsamen en busca de sobrevivientes del sismo del martes pasado.
La gente silenció sus celulares y soltó picos, palas y cubetas para que Koi hiciera su trabajo, para que el ejemplar canino entrara y saliera en busca de supervivientes. Arriesgaba su vida para salvar otras.
Miguel Ángel Lizarraga Grandos, coronel de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), sostuvo que la actividad prioritaria es de búsqueda y probable rescate de personas que pudieran estar atrapadas entre los escombros.
En entrevista, dijo que en coadyuvancia con autoridades de la Secretaría de Marina (Semar) y de la sociedad civil la Sedena trabaja con el apoyo de binomios caninos para salvar vidas o recuperar cuerpos.
Señaló que con técnicas de búsqueda de personas atrapadas, que van desde detectores de calor, movimiento hasta visores, se rastrea entre los escombros, aunque admitió que las probabilidades de encontrar vida son muy bajas, pues han transcurrido 72 horas para que alguien pueda sobrevivir sin agua y alimento debajo piedras y varillas.
Comentó que la instrucción de las Fuerzas Armadas es que se agoten los tiempos, por lo que “estaremos aquí cinco, seis y hasta ocho días”, pese a que a diario se verifica la estabilidad para evitar riesgos al personal que trabaja en el retiro de escombros.
Refirió que el edificio colapsado está apuntalado hacia la calle y al interior del colegio, a fin de darle más estabilidad y seguridad a las brigadas.