CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Tras recorrer las colonias Santa Cruz Atoyac, Letrán Valle y Vertiz-Narvarte, vecinos y el precandidato del PRI a la Jefatura del Gobierno de la CDMX, Mikel Arriola, denunciaron la corrupción que existe en los desarrollos inmobiliarios de la Delegación Benito Juárez, donde en los últimos 5 años se han construido mil 200 obras para vivienda.
“Voy a poner orden en la ciudad y en los cárteles de la construcción, hay que aplicar la ley, y obviamente tiene que haber mano dura contra la corrupción de los delegados y funcionarios, no estamos en contra del desarrollo económico, pero sí estamos a favor de una planeación ordenada de las construcciones”, agregó el ex director del IMSS.
Como consecuencia de la proliferación de estos desarrollos inmobiliarios, Mikel afirmó que se han agudizado los problemas de inseguridad y vialidad, pero lo más grave es que cada vez les llega menos agua, como en la colonia Santa Cruz Atoyac. donde recientemente se autorizó la construcción de 188 viviendas que ha obligado a los vecinos a comprar pipas de agua para su uso diario.
En este sentido, el aspirante a gobernar la Ciudad de México planteó como alternativas de solución la posibilidad de establecer un sistema electrónico que impida la interacción de las partes interesadas en la construcción de los desarrollos inmobiliarios e inclusive una subasta donde el ofertante que ofrezca los mejores servicios para los vecinos sea el ganador.
Hizo énfasis en que el Jefe de Gobierno tiene que ordenar y aplicar la ley. “Si identifica actos de corrupción en los delegados o en las autoridades propias del gobierno de la ciudad, tiene que asumir la responsabilidad y castigarlos porque están generando un mercado ilegal de movimiento de predios a partir de permisos de construcción y modificación de usos de suelo”.
Mikel dijo también que es verdaderamente evidente el incremento de los recursos ilegales de funcionarios de esta ciudad, y que muchos constructores pagan los permisos de construcción con departamentos que los delegados les piden tasados, por lo que los propios desarrolladores se sienten amenazados porque si no entran a este círculo de corrupción, muchos no vuelven a trabajar en la ciudad.
Lucina Hernández Farrera, una de las vecinas afectadas, dijo: “A las 11 de la noche ya no tengo agua, tengo que juntarla durante todo el día para poder lavar mis trastes, porque tengo un negocio de comida”.
Verónica Martínez mostró su preocupación por los niños del kínder Holanda, quienes seguido se enferman debido al polvo que ya es constante en la calle por las tres construcciones que tienen a su alrededor.
Mientras, otros vecinos que abordaron en su caminar a Mikel por las calles de esta delegación, le dijeron que la inseguridad cada vez es mayor, especialmente en el robo a casa habitación y a los comercios, inclusive se ha duplicado en los últimos dos años.