Cierra una semana que se movió de la licencia de Andrés Manuel López Obrador a los seis mil pesos “que alcanzan para todo” de Ernesto Cordero, a la captura de El Piolín, acusado del asesinato del agente Jaime Zapata y a la redada vengadora del gobierno estadunidense.
¿En qué pensaba el señor Ernesto Cordero, Secretario de Hacienda y Crédito Público?
Seis mil devaluados pesos, dijo, alcanzan a una familia mexicana para pagar casa, auto y hasta colegiaturas en escuelas privadas. Y aunque después quiso matizar su dicho, el daño estaba hecho.
Ante una declaración de tal nivel, surgen interrogantes. ¿Es justo que un funcionario que gana 205 mil pesos mensuales y que tiene celular, comidas, gasolina y hasta escolta pagados con los impuestos –que precisamente se encarga de cobrar – se atreva a hablar de una realidad que no vive?
¿Por qué no, como dice Carlos Navarrete, senador del PRD, hace la prueba y da ese gasto e intenta pagar todo lo que mencionó con seis mil pesos?
¿Cree que los mexicanos no sufren a diario para sobrevivir?
Escandaloso, pese a que después pretendió suavizar y cambió la “y” por la “o” en su declaración para que, en lugar de decir “con ingresos de seis mil pesos al mes, hay familias que tienen crédito de vivienda, que tienen crédito de automóvil y que se dan el lujo de enviar a sus hijos a escuelas de paga”, quedara: “con ingresos de seis mil pesos al mes, hay familias que tienen crédito de vivienda o que tienen crédito de automóvil o que se dan el lujo de enviar a sus hijos a escuelas de paga”.
¿Lo ve? Sencillo: sólo cambiar la “y” por la “o” y asunto arreglado.
La ola de reacciones fue inmediata y de todo tipo. Manlio Fabio Beltrones, priísta y presidente del Senado, aseguró que en Disneylandia sí alcanzarían esos seis mil pesotes, o Jorge Ramírez, presidente de la Cámara de Diputados e igualmente tricolor, quien respaldó el dicho, aunque “primero habría que ver a Harry Potter –el mago de la literatura inglesa- para con una varita mágica comprar todo, hasta dos autos”.
“Oye Bartola, ahí te dejo estos dos pesos, Pagas la renta, el teléfono y la luz, De lo que sobre, coge de ahí para tu gasto, Guárdame el resto pa’comprarme mi alipus”, dice la canción de Chava Flores, y aplica perfectamente.
Cordero, como ídem, sólo acertó a decir al siguiente día durante su visita a Durango: “Lamento mucho que se haya malinterpretado”.
Y si la lógica aplica y a la hora de subirse al ring no falla la estrategia de los suspirantes a Los Pinos en 2012, esos seis mil pesos podrían ser los más costosos en la carrera política del encargado de la otrora llamada lolita.
Al tiempo.
La licencia de Obrador y Juanito Encinas
Y a la dirigencia del PRD que comanda el jefe de “Los Chuchos”, Jesús Ortega, con su fiel escudero, Jesús Zambrano, y demás espadachines, le cayó como agua fría la solicitud de licencia anunciada por Andrés Manuel López Obrador hecha el domingo 20 durante su gira por la lealtad, en Texcoco, “mientras se mantenga el contubernio con el PAN y la traición con Calderón”.
Es una vergüenza lo que sucede en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la política aplicada por “Los Chuchos”. Aliarse con el Partido Acción Nacional (PAN), con quien no existe la mínima coincidencia ideológica, de proyectos o programas más allá de mantenerse en el poder y viviendo del erario a toda costa, debería ser motivo suficiente para que los auténticos perredistas acudieran al edificio de Benjamín Franklin a sacar a patadas a todos. Sin exagerar.
López Obrador, aunque haya quien lo tilda de loco, mesiánico, obsesivo, intransigente, falso y más, es el único que ha mantenido el discurso siempre: “El PRI y el PAN representan lo mismo, una facción de extrema derecha” y ese ha sido su objetivo.
La licencia, que Obrador sabe ni siquiera existe como tal, descarrilará a la izquierda en el Estado de México, con miras a las elecciones de julio próximo en las que habrá de elegirse al nuevo gobernador.
Y el que se mantiene en el limbo, aunque la Iglesia lo haya eliminado ya, es Alejandro Encinas, virtual candidato de la izquierda, quien un día dice sí y al siguiente no.
Lo más destacado hasta ahora es haberse negado a solicitar licencia al PRD, cuando Obrador lo aventó, el mismo domingo que él anunció la suya, al estilo de Juanito en aquel mitin en el que lo lanzó como candidato a jefe delegacional en Iztapalapa.
“Yo le pregunto si en esas condiciones se puede mantener como candidato del PRD al Estado de México”, dijo Obrador.
Y Encinas contestó, en vivo, que “esa decisión rebasa el ámbito personal, porque implica la decisión de romper con el PRD y avanzar en un escenario de dos candidatos y dos proyectos distintos del 2012”.
Encinas no es Juanito, dicen muchos, aunque está por verse.
¿A quién quieren engañar?
En el ataque a los dos agentes de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en San Luis Potosí el 15 de febrero y el rumbo que ha tomado hay puntos muy extraños.
Desde el mismo atentado, pasando por la extraña decisión de enviarlos vía terrestre, ciertamente en una camioneta blindada; hasta la reacción, ahora sí, contra los dealers o distribuidores de drogas del otro lado y, por supuesto, los discursos virulentos de todo el gabinete de seguridad estadunidense.
La Secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, el Procurador General de Justicia, Eric Holder, y coequiperos creen que los mexicanos –la población- se chupa el dedo como sus gobernantes.
El operativo Héroe Caído-Bombardier lanzado entre miércoles y jueves en el que se detuvo a 700 mexicanos traficantes de droga y que continuaba el viernes contra narcotraficantes en El Paso, Houston, San Antonio, Dallas, todas en Texas; Chicago, Illinois; Atlanta, Georgia; San Luis, Missouri; Denver, Colorado, Newark, Nueva Jersey; Detroit, Michigan, y Miami, Florida, fue, como reconocieron los agentes y el vocero de la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) “la razón subyacente de las redadas, para ver si podíamos obtener cualquier tipo de de inteligencia o información que ayude al FBI (Buró Federal de Investigaciones) en las investigaciones del asesinato de Jaime Zapata”.
“Esto es personal”, aseguraron varios agentes de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y aquí cabe la pregunta que resume lo dicho líneas arriba: ¿Por qué si Washington sabe donde están y operan esos narquitos no los capturó antes?
¡Mire usted qué casualidad! ¿Tuvo que suceder el asesinato de Zapata a manos de Los Zetas para que lo hicieran?
Cuánta razón tenía el congresista texano, Michael McCoulin, quien casi desde el mismo momento del ataque a los dos agentes –Víctor Ávila resultó lesionado-, acusó que Los Zetas eran los autores.
La captura de Julián Zapata “El Piolín”, en San Luis Potosí, acusado de ser el autor del ataque y asesinato, así parece confirmarlo. ¿México no sabía, acaso, que los ex pistoleros del cártel del Golfo operan en esa región?
Calderón y Obama
Y el mismo día en que se reveló la captura de “El Piolín” –miércoles23 de febrero-, se anuncia la visita no programada del Presidente Felipe Calderón a Washington el próximo jueves 3 de marzo para entrevistarse con su homólogo estadunidense Barack Obama.
Es evidente que el ataque a los agentes del ICE será prioridad en la agenda, aunque en La Casa Blanca y en Los Pinos se pretenda disfrazarlo.
“El Presidente está muy comprometido con la estrecha alianza que Estados Unidos mantiene con México. Esa es la razón del encuentro”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
“Admiramos el compromiso y los sacrificios del pueblo mexicano al enfrentarse a las organizaciones criminales”, añadió Carney.
En México, Los Pinos emitió un comunicado en el que sostuvo que la entrevista sí estaba acordada: “En respuesta a una invitación formulada hace algunas semanas por el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, los días 2 y 3 de marzo el Presidente Felipe Calderón Hinojosa realizará una visita de trabajo a Washington”.
¿Coincidencia o consecuencia? Saque usted su conclusión.