A la mitad del camino, Andrés Manuel López Obrador se dice satisfecho.
Pero como dijo en la mañanera del 13 de agosto:
-Los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son lo que yo creía.
-Me podría ir tranquilo con mi conciencia, porque hay cosas que son irreversibles, aseguró ayer en su conferencia matutina en Palacio Nacional, a unas horas de rendir su tercer informe de gobierno.
Andrés Manuel se refiere, por supuesto, a las reformas constitucionales, esas que requieren mayoría calificada y que difícilmente serán echadas para atrás.
Con al menos 500 mil muertos por Covid-19, 3.8 millones de pobres más que en 2018, cuando asumió el cargo, la economía debilitada y la inseguridad creciente y sin control, el inquilino de Palacio Nacional rendirá hoy su tercer informe de gobierno.
Los dos primeros años de la cuarta transformación, como le ha llamado, han sido los más violentos en la historia de México, desde que se lleva la estadística, allá por 1997:
En 2019 fueron asesinadas 34 mil 681 personas y 34 mil 554 en 2020.
Impresionante, peor, incluso, que el sexenio lúgubre de Felipe Calderón, cuando con su guerra estúpida murieron más de 100 mil mexicanos.
Con aprobación superior al 50 por ciento -algo difícil de conseguir, pero que las becas facilitan- pero con pendientes y un creciente rechazo a la polarización que ha provocado desde que era candidato con su discurso de pobres buenos y ricos malos, López Obrador se declara satisfecho.
Es más, asegura que ha cumplido 98 de 100 de los compromisos asumidos al tomar posesión, el 1 de diciembre de 2018.
La epidemia de Covid-19, mal enfrentada y hasta descuidada por su gobierno, causó un desplome de la economía de 8.2 por ciento, del que difícilmente saldrá este año.
La ratificación
Los nuevos y viejos floreros -AMLO dixit- de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en las cámaras de diputados y senadores se preparan para aprobar fast track la ley secundaria para la revocación de mandato.
Ellos -los floreros -quieren convertirla en una ratificación.
Total, para eso son legisladores: para legislar, para cambiar las leyes a capricho del funcionario en turno.
Y él, Andrés Manuel, quiere eso: fortalecerse rumbo a 2024, rumbo a la sucesión. Para ello necesita de una votación masiva. Para ello requiere de la ratificación.
Y la tendrá, porque no requiere mayoría calificada, sino simple.
La grilla en Palacio
López Obrador ha ajustado su equipo y lo prepara para la segunda parte, cuando se dedicará a aterrizar proyectos pendientes y a administrar los conseguidos.
Para ello ha colocado a sus amigos, a su gente de confianza en la que cree.
Adán Augusto López es eso. Reemplaza a la Olga Sánchez Cordero en la Secretaría de Gobernación, porque la ex ministra de la Corte nomás no pudo con el paquete.
Y anoche, a unas horas del informe, se conoció la renuncia de Julio Scherer Ibarra a la consejería jurídica de la Presidencia. Que será ministro, que se irá al INE. Lo cierto es que en Palacio Nacional hay grillas y están divididos en dos equipos desde que comenzó esta administración.
Vámonos: La política no debe ser circo.
¿Seguro, Claudia?
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