Esta es una situación extraordinaria y extrema.
No sólo en México, sino en el mundo.
Por tal, se requieren decisiones contundentes.
Andrés Manuel López Obrador se jugará mañana, sin exagerar, el futuro de la 4T y de su administración.
De lo que anuncie para intentar librar esta crisis económica y de salud, que ya ha provocado desempleo, caída financiera y parálisis no vista en la era moderna, depende el futuro político de la cuarta transformación y de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Los empresarios insisten en que se requieren créditos para los micros y pequeños empresarios, prórroga en el pago de impuestos e incentivos para reactivar la economía, que analistas ven ya en -4 por ciento para 2020, y, como prioridad, salvar el empleo.
El jueves presentaron un plan que libra abril, pero deja en el aire mayo y junio.
Andrés Manuel ha dicho que no habrá ayuda a los grandes empresarios, porque esos rescates, como el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) del PRI en 1994, ni prórroga en el pago de los impuestos.
No reconoce que son esos grandes empresarios los que generan empleo –mal pagado, explotando al trabajador y más, lo que es tema de otra columna, ciertamente- y que acaso no se debe condonar un peso, pero una flexibilidad podría contemplarse y ser muy útil.
Esta crisis transitoria que cayó como anillo al dedo a su administración y proyecto para afianzar la transformación (AMLO dixit), es la prueba que o rescata a Andrés Manuel y a su popularidad, caída desde el 78 hasta 47 por ciento y le devuelve a la ruta de lo que parecía un triunfo avasallador en las intermedias de 2021, cuando estarán en juego trece gubernaturas y la Cámara de Diputados federal, donde mantener la mayoría simple, por sí mismo, y la mayoría calificada, que suma con sus aliados, es clave, o lo aleja.
De esa mayoría dependen las reformas que aún tiene pendientes Andrés Manuel y que todavía en febrero parecían PAN y PRI comido.
Ayer, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a quien López Obrador debe su carrera en la izquierda –que no es izquierda- y con quien la relación está rota por decisiones de éste, y 26 líderes de diversos sectores dieron a conocer una carta en la que llaman al presidente a construir un acuerdo nacional.
-Los indicadores hacen ya indudable que habrá una fuerte recesión mundial, aun más profunda que la de 2008-2009, lo que podría derivar en una depresión económica y agudización de la pobreza no vistas en México en muchas décadas.
Esto requiere un replanteamiento profundo de las metas y parámetros del programa económico 2020, dice el documento.
¿Están pidiendo suspender el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía?
Así parece.
Andrés Manuel, mientras, dio un juevesazo –el clásico al que nos acostumbró el PRI es sabadazo, cuando se tomaba una decisión complicada o comprometedora en viernes, para que el sábado y domingo la información se enfriara, pero estamos en el cambio de régimen- al publicar cerca de medianoche en el Diario Oficial la extinción de todos, absolutamente todos los fideicomisos del gobierno federal, que existen desde hace siglos.
Argumenta corrupción de las secretarías y dependencias, que tenían su guardadito.
Y aunque se refiere que son 338 fideicomisos por unos 740 mil millones de pesos -tres cuartos de billón o un millón de millones de pesos -, unos 30 mil millones de dólares, que pasarán a más tardar el 15 de abril a manos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), López Obrador dice que son 250 mil millones, un cuarto de billón, unos 10 mil millones de dólares, que se utilizarán en esta emergencia.
-Se utilizará para apuntalar a Pemex, para garantizar los programas sociales y dar créditos pero, principalmente, para pagar deuda, dijo.
El PRI, que está agazapado porque sabe que si se mueve puede enviar a cualquiera a un reclusorio, dice que podrían estar en riesgo los derechos laborales y las pensiones de los trabajadores, así como el sector salud, el fondo de estabilización y las finanzas públicas.
Dice que al cierre de 2018 existían 335 Fideicomisos por 878.7 mil millones de pesos. Hoy son 338 por 740.5 mil millones de pesos; una disminución de 138.1 mil millones de pesos ya que el Gobierno Federal decidió utilizar el ahorro de los mexicanos para compensar la caída de ingresos fiscales.
Lo califica de blindaje, que, afirma, hoy se ha esfumado, y pide detener, por ahora, el tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas.
Insisto, el mensaje es clave para López Obrador y su proyecto.
Vámonos: Enrique Alfaro se va por la libre. Instala retenes en Jalisco, para detectar a quienes son portadores, enfermos o no, de Covid-19.
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