El próximo domingo será la primera prueba para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y para su creación, Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Han pasado seis meses ya de que asumió la Presidencia de México el 1 de diciembre y lo hecho será evaluado en las urnas.
Será una especie de consulta menos ficticia que las hechas hasta ahora por él para cancelar Texcoco, construir el tren maya y la termoeléctrica de Huexca, Morelos.
La cancelación del citado aeropuerto de Texcoco para construir uno más austero, presuntamente más barato, con un cerro enmedio, y poco funcional en Santa Lucía; el combate al robo de gasolina; la compra de 612 de 661 pipas anunciadas sin licitación; el recorte a las estancias infantiles, a los refugios, luego corregido; el abandono del avión presidencial de 2 mil 900 milones de dólares en un deshuesadero de California, que se continúa pagando, y la dizque cancelación de la reforma educativa, con el regreso de la impunidad a la CNTE y al SNTE, son decisiones que serán calificadas en la mampara.
Pero el tema más importante será, sin duda, el recorte en todas las áreas para tener dinero y cumplir sus ofertas de campaña que ha provocado desempleo, desaceleración económica, caída de los indicadores, un pronóstico de crecimiento de entre 1.2 y 1.4 por ciento, y, lo más grave, el agravamiento de la por sí difícil situación del sector salud.
No hay inversión pública, por los ahorros, ni privada, porque los empresarios aún esperan, ansían, una señal de congruencia para hacerlo.
Ante la incertidumbre prefieren aguantar, ahorrar.
La Cuarta Transformación se metió con la salud de los mexicanos más pobres y con eso no se juega.
Es, sin exagerar, la diferencia entre la vida y la muerte: el pasado, jodido, y con un gobierno corrupto y huachicolero, pero con atención y medicamentos.
Ciertamente la escasez no es exclusiva de esta administración, pero los ajustes y ahorros excesivos han agudizado la crisis.
Con este gobierno, los mexicanos, los más pobres, se quedaron sin algo que tenían: atención a su salud, medicamentos, médicos, enfermeras, enfermeros, makos o buenos. Los tenía.
La falta de planeación y análisis al hacer los recortes ha generado esta crisis.
Ya han sido los antirretrovirales, las quimioterapias, las tomografías, los medicamentos contra cáncer de mama y de todo tipo.
Ayer se conoció que la falta de personal de enfermería y la reducción del 50 por ciento del presupuesto en el área de anestesia provocó que en el Hospital Infantil se practiquen menos cirugías.
¿Es eso estar con el pueblo?
¿Cumple el eslogan de campaña “Primero los Pobres”?
A ello hay que sumar la renuncia de Germán Martínez Cázares a la dirección del IMSS con su carta de once cuartillas en las que cada párrafo, cada línea, cada palabra significa un dardo evnenenado y certero al corazón de la 4T.
¿Casualidad o causalidad?
No hay que olvidar que Martínez Cázares, bautizado como El Muchacho Pendenciero por Beatriz Paredes, lideresa del PRI en la intermedia de 2009 en la que arrasó el tricolor, pese a ser un sexenio panista con Felipe Calderón al mando, es amigo, incondicional de éste, precisamente.
Ciertamente, López mantiene una popularidad que ya quisiera cualquiera, pero el desgaste natural por el ejercicio de gobierno, aunado a los errores que ha cometido, le han provocado una baja.
Su nivel de aceptación, según diversos sondeos, rondaba después de la elección del 2 de julio de 2018 el 70 por ciento y hoy, diez meses después, se ubica entre 60 y 70.
Y a esa crisis económica hay que añadir la inseguridad.
El primer cuatrimestre de 2019 es el más violento desde que se contabiliza, 1997, con 11 mil 221 homicidios dolosos.
Y no se ve cómo, ni con la Guardia Nacional, ya aprobada, se controle al crimen y al narcotráfico.
Es verdad que es una crisis heredada, pero fue eso precisamente lo que llevó a 30.1 millones de mexicanos a votar por él: la promesa de resolverlo.
El hartazgo de 78 años del PRI y 12 del PAN fue su boleto a Los Pinos, que evitó para ir a Palacio Nacional.
La prueba El domingo 2 de junio habrá elección en seis estados.
De gobernador en Baja California, de diecisiete diputados de mayoría relativa y de ocho de representación proporcional, así como de cinco presidentes municipales, donde destaca Tijuana, capital no oficial.
El estado ha sido del Partido Acción Nacional (PAN) desde 1989, cuando Ernesto Ruffo Appel se convirtió en el primer gobernador de oposición en México bajo la dictadura perfecta del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que hoy no existe ni a nivel federal ni mucho menos estatal.
Héctor Terán Terán -murió en el cargo-, Alejandro González Alcocer, Eugenio Elorduy Walther, José Guadalupe Osuna Millán y el actual Francisco Kiko Vega de la Madrid suman 30 años de panismo.
Xicoténcatl Leyva Mortera fue el último gobernador emanado del PRI, relevado por Oscar Baylón Chacón en los últimos diez meses, cuando brincó a otro cargo.
A Baja California, un laboratorio político, siguió Guanajuato.
Ahí, Carlos Medina Plascencia fue impuesto como gobernador por Carlos Salinas de Gortari el 26 de septiembre de 1991, luego de una disputa y protestas por el triunfo del candidato del PRI Ramón Aguirre Velázquez,
Y vieron muchos más estados hasta llegar a los 10 que gobierna hoy el albiazul, y uno, Quintana Roo, en coalición con el PRD.
Ante la catástrofe del PRI, la opción parece ser el PAN no sólo en esta elección sino rumbo a la intermedia de 2021 y la presidencial de 2024.
Es cierto que actualmente no hay una sola figura en la oposición que signifique, ni lejos, una amenaza para la continuidad de Morena a nivel federal y local, pero el ciudadano, ese que creyó ciegamente en el cambio, comienza a decepcionarse de las decisiones de este gobierno.
Tijuana es hoy gobernada por Juan Manuel Gastélum Buenrostro – no se ría, así se apellida-, del PAN, quien busca reelegirse por dos años.
A diferencia del estado, las presidencias municipales han vivido una alternancia.
El Patas, como llaman a Gastélum, regresó al albiazul a Palacio hace tres años, después de dos gobiernos del PRI.
Las campañas comenzaron hace 40 días y trepadores, como ocurrió en todo el país, se sumaron a Morena, sabedores de que el efecto Andrés Manuel los iba a llevar a la victoria.
Priistas y panistas de toda la vida son hoy, por arte de magia, izquierdosos pura sangre.
Es el caso del empresario Arturo González Cruz, quien arrancó en primer lugar, pero hoy, a sólo una semana de los comicios, la distancia con El Patas se ha acortado, según encuestas dadas a conocer, hasta apenas 3 puntos.
Esto significa que, según el margen de error de +/- 3, hay un empate técnico.
A González Cruz le atribuyen 31 puntos, a Gastélum Buenrostro, 27, y lejos, muy lejos, 21, a Julián Leyzaola Pérez, ex secretario de seguridad pública municipal, y candidato del PRD.
Y como en el galgódromo de Tillei (TJ en inglés), el que alcance la liebre ganará.
Puebla, en tanto, vivirá una elección extraordinaria, luego de la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle el 24 de diciembre, cuando el helicóptero en el que viajaban hacia la CDMX se desplomó.
Luis Miguel Barbosa Huerta, Luismi pa’ la banda, quien compite por segunda ocasión, aventaja en las preferencias, pero el candidato del PAN, Enrique Cárdenas, ha cerrado la brecha.
También se disputan cinco ayuntamientos.
Durango, Quintana Roo, Aguascalientes y Tamaulipas renovarán diputaciones y ayuntamientos diversos.
La renuncia del panista que defendió aquel robo de la elección de 2006 con el famoso 0.56 por ciento que llevó a su jefe y compa, Felipe Calderón, a Los Pinos, es un golpe político y electoral que al preciso le urge disolver.
Que hablen las urnas.
Vámonos: ¡Ay, esa lista! Como decía el finado michoacano avecindado en Juárez:
¿Pero qué necesidad?
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