NAUCALPAN, Méx.- Aquel 7 de agosto de 1893, el ferrocarril que iba de la Ciudad de México a Michoacán y corría de manera paralela al Río Hondo, pasando por los Molinos Prieto y Atoto, descarriló y cayó al afluente. La máquina quedó totalmente destrozada y lamentablemente el conductor y su ayudante murieron. El hecho agitó la tranquila vida de los vecinos de los pueblos cercanos, de acuerdo con varios documentos que se encuentran en la Sección Fomento, Volumen 2, Expediente 34, del Archivo Histórico Municipal de Naucalpan.
Son 364 mil 884 documentos que cuentan la vida y los sucesos extraordinarios de nuestro municipio desde 1846, año en que un vecino de la localidad, hace una petición de tierras al Prefecto de Tlalnepantla, cuyo original se resguarda en este archivo, como también se encuentra la circular que el 5 de noviembre de 1911, recibió el entonces Presidente Municipal, Felipe Rodríguez, en la que se informaba del decreto del Congreso de la Unión, que declaraba a Francisco I. Madero y a José María Pino Suárez como como Presidente y Vicepresidente de nuestro país.
Todos los documentos están inventariados, nos explica Jaime Orozco Pareja, historiador del Archivo, l precisar que hay un control para saber exactamente en donde está cada uno de ellos. “Lo que estamos haciendo en este momento es la catalogación, porque una cosa es saber dónde está y otra saber de qué habla el documento. Para la búsqueda de investigación, para localizarlos de manera rápida y eficiente a través del contenido, lo indispensable es el catálogo, en el que estamos trabajando desde hace tres años”.
El Archivo Histórico Municipal se encuentra en la parte superior del Auditorio Benito Juárez, del Edificio de Regidores. Uno no puede imaginar que en este espacio hay 170 años de historia de Naucalpan. Aquí encontramos actas de nacimiento, de defunción, los acuerdos del H. Ayuntamiento, la correspondencia de los presidentes municipales con distintas autoridades, peticiones de la ciudadanía, contratos que firmó el gobierno municipal, informes de las haciendas que predominaron el siglo XIX y referentes al tema de la educación, entre otros muchos.
Para manejar los documentos, es necesario utilizar cubrebocas y guantes de látex para protegerlos, ya que algunos de ellos estuvieron mucho tiempo almacenados de forma inadecuada y están maltratados, como también para proteger a los usuarios de cualquier microorganismo que pudieran tener los expedientes.
La señora Teresa Reséndiz Rico, tiene 40 años trabajando en el Ayuntamiento y tres en el Archivo Histórico Municipal. Nos comenta: “Me gusta trabajar aquí, cuando llegué, pensé que sólo era un lugar para guardar papeles, pero la primera vez que ayudé a hacer un inventario me di cuenta de lo importante que son estos documentos y me emocioné al tenerlos en las manos y conocer cómo eran las firmas de los presidentes municipales”.
Por su parte, Antelma Velázquez García, una de las personas que apoya al historiador en la investigación del archivo y la catalogación, comentó que “Como muchos, cuando llegué aquí a trabajar pensé que esto era una simple bodega, pero tiene otras funciones y el material que aquí se conserva es de gran valor histórico pero también hay documentos personales. Yo encontré el acta de matrimonio de mis padres que ya murieron, con las fotos tamaño infantil que les solicitan para el trámite. Sentí padrísimo ver a mis papás jovencitos, nunca había visto esas fotografías”.
Jaime García Martínez, también es auxiliar de Orozco Pareja y tiene funciones similares a las de Antelma. Tiene 20 años trabajando para el Ayuntamiento y uno en el archivo. “Uno no imagina la importancia del trabajo que aquí se realiza, lo importante que es para los investigadores, los historiadores, poder contar con fuentes fidedignas, y que esos documentos estén catalogados adecuadamente. Me encanta trabajar aquí, no lo cambiaría por nada”.
Pero quizá el documento más curioso que se haya encontrado, nos comenta Daniel Mendoza Martínez, jefe del Departamento de Archivo Histórico, que depende de la Secretaría del Ayuntamiento, es la noticia sobre la detención de un burro, que al estar suelto invadió la parcela de un vecino y dañó el cultivo. “Como no estaba el dueño, se llevaron al burro detenido mientras regresaba su propietario”, cuenta la anécdota José Luis, aunque no recuerda exactamente en qué expediente se encuentra.
De la trivialidad a lo trascendente. Antelma y Jaime empiezan a buscar algunos de los documentos más relevantes para poder fotografiarlos. No se permite el uso de flash o luces que dañen el material.
Aquí se encuentra una descripción detallada del pueblo de San Francisco Chimalpa realizada por la Comisaría de Naucalpan en 1863, en donde se hace la relación de los aspectos geográficos más importantes, entre los que destacan cerros como Chimalpa Viejo, Corral de Piedra, El Órgano y Malinche entre otros, además de sus ojos de agua.
Por este gran acervo podemos conocer las condiciones difíciles que atravesó nuestro municipio durante La Revolución, que cambió drásticamente el sistema de producción basado en las haciendas, como la de Echegaray, Santo Cristo, San José de los Leones y El Prieto. Aunque en ese entonces Naucalpan vivió en relativa calma, en 1911, el H. Ayuntamiento se vio obligado a hacer una “atenta súplica” a la Junta Proveedora de Cereales de la Ciudad de México, a fin de instalar un expendio de maíz y frijol en el municipio que ayudaría a la población de menos recursos económicos.
También podemos encontrar en la Sección Fomento, Volumen 2, Expediente 22, Foja 6, un mapa realizado en 1890 de la zona conocida como Cuatro Caminos, los cuales eran el que venía de Huixquilucan y pasaba por Río Hondo y San Esteban, el que iba hacia San Bartolo, el que iba hacia Tacuba y el que venía de la Ciudad de México.
“Esta administración ha estado muy interesada en el archivo y en la investigación histórica. Se han preocupado en ver en qué condiciones está el archivo y mejorarlas, de hecho apenas se le hizo una remodelación, se pintó, se re etiquetó, se pusieron algunas adecuaciones para administrar los espacios: el administrativo, de consulta y de acervo”, nos refiere Jaime Orozco.
Expone que “también se preocupan en vigilar qué están ofreciendo como historia municipal en la página oficial del Ayuntamiento, de hecho en administraciones anteriores había algunos errores en la reseña histórica que se había subido y ya se corrigieron. Se ha hecho el intento por difundir la documentación, hacer saber a la comunidad que tiene un archivo histórico y para qué les puede servir”, concluyó.