TLALNEPANTLA, Méx.- Las inundaciones del pasado seis de septiembre de 2009 en Valle Dorado, no sólo dejaron secuelas psicológicas y el temor permanente entre los habitantes de la zona de otra desgracia natural, sino también el incremento de la inseguridad en el fraccionamiento residencial donde, en promedio, cada semana es asaltada una casa-habitación.
Así lo informó el Presidente de la Asociación de Colonos del fraccionamiento Valle Dorado, en Tlalnepantla de Baz, ingeniero Antonio Ortiz Montaño, quien precisó que de junio de 2010 a marzo de 2011, se han reportado al menos 42 casos de robo a casa habitación, 11 robos de autos, seis a comercio establecido, 13 asaltos a transeúntes, seis reportes de robo de autopartes y 18 intentos de atraco en calles del conjunto urbano.
Entrevistado en sus oficinas, el representante vecinal expresó la preocupación colectiva que existe entre los residentes de Valle Dorado, “ya que es una espiral de delincuencia que va en incremento, pues en promedio, 3.7 casas han sido asaltadas cada mes, pero lo grave es que en al menos 15 casos, de los reportes de robo en general, han sido cometidos con violencia y mano armada”.
Ante tal situación, los colonos de Valle Dorado han implementado medidas de seguridad vecinal, como “hacer un padrón con fotografía, gafete y datos personales de su dirección y cartas de recomendación, de todos aquellos prestadores de servicios que ingresan al fraccionamiento, ya sean jardineros, albañiles, etcétera; buscamos contar con botones de pánico que se sumen a la instalación de cuatro cámaras de videovigilancia que ya operan, de 10 que serán colocadas de forma fija y cinco más móviles a lo largo del fraccionamiento, enlazadas con el Sistema de Monitoreo de la Dirección de Seguridad Pública Municipal”, precisó Antonio Ortiz.
El representante vecinal finalizó solicitando a las autoridades de los tres niveles de gobierno “a que se comprometan con Valle Dorado, además de la seguridad, necesitamos jornadas médicas y de terapia psicológica, pues en muchos vecinos aún existe el temor y el trauma de una nueva desgracia natural, cada vez que llueve, sólo recordamos la pérdida de nuestro patrimonio y a aquellos que perdieron la vida el pasado seis de septiembre de 2009”.