CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Andrés Manuel López Obrador sabe perfectamente que Morena, el partido que inventó y que administra, no arrasará el 6 de junio, como sucedió en 2018.
Ni con la campaña que hace todos los días desde Palacio Nacional, con la conferencia matutina, llamada mañanera.
Hasta Ricardo Monreal Avila ya lo dijo: Morena no arrasará el 6 de junio.
El coordinador de los senadores morenistas sabe, como Andrés Manuel, que no será una elección fácil y que aunque ganarán al menos diez de quince gubernaturas en juego, y cientos de presidencias municipales y alcaldías en la CDMX, entre otros cargos, difícilmente mantendrán la mayoría simple y calificada en la Cámara de Diputados, necesaria para las reformas constitucionales.
Y así como sucedió en 2018, cuando en las calles, con los amigos, los compañeros de trabajo, los familiares y más se percibía que López Obrador ganaría la elección presidencial, hoy sucede lo mismo, pero a la inversa: se percibe que en las urnas el tabasqueño pagará sus errores y su actitud.
Una muestra de cómo saben en Palacio Nacional que hay decepción entre los mexicanos, es el anuncio de incremento a las pensiones para adultos mayores que el ocupante de Palacio Nacional hizo el domingo en Oaxaca.
Con una intención absolutamente electoral, López Obrador dijo que aumentarán gradualmente de los actuales 2 mil 700 pesos bimestrales hasta 6 mil pesos en 2024.
Que el primer incremento será de 15 por ciento en julio, un mes después de la elección intermedia, y que en enero de 2024, justo antes de que concluya su mandato y haya elección presidencial, ya recibirán sus 6 mil pesos, más ajuste inflacionario.
Qué coincidencia, no vaya usted a pensar mal.
Son 10.3 millones de potenciales votos para Morena.
Proyectados no sólo para esta elección, sino para la presidencial de 2024. Por eso el objetivo de que la cobren en enero de ese año, antes de la cita en las urnas.
López Obrador podría llevarse una sorpresa en junio porque, aunque como sabe que ha perdido apoyo, no cree que haya un contundente revés y rechazo a su gobierno.
La sobrerrepresentación está en la Constitución
Mario Delgado Carrillo llegó a la Cámara de Diputados por el Partido del Trabajo (PT) y, cual acróbata de circo, brincó a Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
El es un ejemplo de cómo se integran las mayorías artificiales.
Si la triquiñuela, como le llamó, favoreciera a su partido, no tenga duda de que estaría callado como momia, parafraseando a López Obrador, creador y administrador de Morena, el mejor negocio del mundo.
Pero como significará menos borregos en las filas oficiales, entonces ya hasta impugnó la aplicación de la ley.
Porque hace unos días cometió el error de criticar que se aplique ahora y no en el pasado, lo que significa que es una ley y que debe acatarse, pero como se ha violado históricamente quiere que así continúe.
Lorenzo Córdova Vianello, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), niega que el acuerdo tenga un destinatario.
Y recuerda que la Constitución desde 1996 establece que ningún partido, en ningún caso, puede tener un número de diputaciones que represente 8 por ciento más de la votación que obtuvo.
Que la Carta Magna permite una sobre representación de hasta 8 por ciento.
Y que las coaliciones permiten que algunos partidos tengan más diputados que lo que dice la ley.
Tal es el caso de Morena, que en 2018 armó una mayoría artificial, con los esbirros.
Son reglas para que el Instituto Nacional Electoral (INE) asigne las plurinominales.
Córdova Vianello reitera:
-Es falso que se estén cambiando las reglas sobre el juego.
Hace 3 años el acuerdo equivalente se hizo en abril, cuando ya habían arrancado las campañas.
Vámonos: ¿Y no ha vuelto a sonar la alerta sísmica?
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