El Senado cumplió ayer el último capricho de Andrés Manuel López Obrador antes de que se vaya… a La Chingada.
Se aprobó en comisiones y falta la votación en el pleno, pero Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ya tiene listos a los dos Judas que compró con 30 monedas -¡vaya monedas!- para conseguir la reforma judicial y mandar ahora a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Ya acabó con los ministros, magistrados y jueces actuales y llenará los tribunales de becados a modo.
El acomplejado señor que cobra como presidente por sólo servir a sus intereses y a los de su secta -que inventó y administra y en la que ha incrustado a su hijo Andy– dejará el cargo el próximo martes y lo asumirá Claudia Sheinbaum Pardo, su elegida, confiado en que la ex esposa de Carlos Imaz Gispert no le traicionará y mantendrá la telaraña que tejió.
En la Guardia Nacional, totalmente militarizada y adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ya no tienen cabida al menos 37 mil ex agentes de la desaparecida Policía Federal Preventiva (PFP) que fueron enviados ahí y ahora serán devueltos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), para que les busquen una ocupación.
El mando que jamás fue civil, como prometió, será ahora militar por naturaleza, al quedar adscrita a la Sedena.
La Guardia Nacional fue creada por López Obrador para deshacerse de los corruptos policías federales, pero ¡oh sorpresa! enlistó a los agentes del desaparecido cuerpo policiaco, satanizado porque lo dirigió su villano favorito: Genaro García Luna.
En 2018, último año de Enrique Peña Nieto y primero de Andrés Manuel, se asignaron 43 mil 724 plazas a la hoy extinta Policía Federal, y en 2024 se cerrará con 37 mil 478.
A los senadores de Morena, que comanda Gerardo Fernández Noroña, el que trabaja con la izquierda pero cobra con la derecha y que se dice víctima de un ciudadano que le increpó y le mentó la madre en la sala Lounge de American Express del aeropuerto, poco les importa lo que hay detrás de la iniciativa del tabasqueño, lo aprobarán y se acabó.
Es reforma constitucional, por eso necesitan los 86 votos que garantizan con Miguel Ángel Yunes Márquez y Daniel Barreda, del PAN y Movimiento Ciudadano (MC), respectivamente.
En la oposición, la lógica es que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que comanda Alejandro Moreno Cárdenas se mantenga y vote en contra.
El Partido Acción Nacional (PAN) ya ha dicho que irán en bloque -lo mismo dijo en la reforma judicial y Yunes Márquez traicionó-, mientras en MC, del trepador Dante Delgado Rannauro, cuentan el mismo cuento: que van en contra.
¿Quién le cree a esos naranja si con el palero Jorge Álvarez Máynez sólo sirvieron para pulverizar el voto a favor de Sheinbaum Pardo y Morena?
Así que no se estrese y piense: nada hay que hacer para evitar que Sedena se haga de la Guardia Nacional y que ésta tenga mando militar.
Vámonos: A propósito del delicadito Noroña, prohibió la entrada a civiles que nada tengan que ver con el Senado, mientras se avala el pase de la Guardia Nacional al ejército.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex