CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx. El valle de México todavía alberga aves rapaces y tan sólo de aguililla Harris existen unos 60 nidos, mencionó Erick Israel Montesinos Pacheco, presidente del Grupo de Estudio y Conservación de Aves Rapaces Mexicanas.
Añadió que entre las aves rapaces urbanas están el gavilán Cooper y aguililla cola roja, así como algunas lechuzas de campanario, además del aguililla Harris.
“Hay muchos nidos de aguililla Harris, de aves rapaces urbanas, viviendo y haciendo su labor de conservación. Y ayudándonos, porque ayudan a mitigar las plagas, palomas, ratas que existen en las ciudades”, dijo.
En Cuautitlán Izcalli se realizó una exhibición de vuelo de aves rapaces, sobre todo aguililla Harris, en el marco del XIII Festival Mundial de las Aves, cuyo objetivo es concientizar a la ciudadanía sobre el valor de las aves en el equilibrio de los ecosistemas y su relación con el hombre.
Montesinos Pacheco exhibió dos aguilillas Harris, un águila real y un búho cornudo, con los cuales los asistentes se tomaron fotografías.
El experto en aves mencionó que poco a poco el crecimiento de la ciudad quita espacio a las grandes aves, entre ellas las rapaces, que todavía sobreviven en reservas ecológicas de la urbe y en la propia ciudad.
“Vuelan muy alto, entonces las aves citadinas están acostumbradas a una altura donde el hombre no los alcanza, afortunadamente, y bueno han cambiado hábitos también conductuales, en vez de cazar en tierra, que era el hábito de esta aguililla por ejemplo, caza directamente en el árbol”, relató.
Añadió: “Aguililla Harris se tienen contabilizados unos 21 nidos desde hace más de 20 años, establecidos y bien estudiados, pero se estima que hay alrededor de 60 nidos en el valle de México y área conurbada”.
El médico veterinario Guillermo Yamil Reyes Torres, presidente de Cetreros del Valle de México, dijo que “hay muchas aves todavía aquí en toda el área metropolitana, más de aguililla de Harris, que es la que habita en la ciudad, algunos halcones cernícalos y algunas lechuzas de campanario, en las afueras de la ciudad”.
Agregó que las aves rapaces urbanas ayudan a controlar especies plaga, como ratas y palomas, pues “evitan que se hagan comunidades más grandes de estas especies perjudiciales para el ser humano, porque transmiten enfermedades, excretas de las palomas destruyen construcciones, monumentos que a la mejor son patrimonio cultural de la humanidad y estas aves se encargan de ese control”.