En su primer anuncio de política monetaria del año, el instituto central expone que el entorno actual que enfrenta la economía nacional hace relevante que las autoridades fortalezcan los fundamentos macroeconómicos del país, consolidando las finanzas públicas y ajustando la postura de política monetaria al ritmo que sea oportuno.
Argumenta que dada la simultaneidad del entorno adverso y los choques temporales en precios relativos, el principal reto que enfrenta la Junta de Gobierno es que no se presenten efectos de segundo orden sobre la inflación y que se mantengan ancladas las expectativas en la materia de mediano y largo plazos.
Lo anterior, si se considera tanto la naturaleza transitoria de los choques que enfrenta la inflación este año, como el horizonte en el que operan los canales de transmisión de la política monetaria, ante los ajustes llevados a cabo durante 2016 y los que se juzguen convenientes para este año, destaca.
De esta manera, precisa que seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio y de las cotizaciones de las gasolinas al resto de los precios.
De igual manera, añade, la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos y la evolución de la brecha del producto, con el fin de estar en posibilidad de continuar con las medidas necesarias para lograr la convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3.0 por ciento.