CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx. La crisis de la basura estalló en el Distrito Federal y parece que pronto alcanzará al estado de México, donde muchos municipios carecen de sitios para depositar sus desechos.
En la entidad se extinguen los tiraderos municipales y surgen “rellenos sanitarios” operados por empresas privadas, que en algunos casos incumplen las normas ambientales.
La zona norponiente del valle de México cuenta con 11 tiraderos y “rellenos sanitarios”, de los cuales cuatro son municipales y siete concesionados a empresas privadas. Ahí es depositada la basura de más de 30 municipios de la región y dos de ellos reciben basura del Distrito Federal.
“¿A dónde van a llevar toda la basura?”, se pregunta el encargado de un confinamiento de la zona, quien advierte que muchos de los supuestos “rellenos sanitarios” en realidad son tiraderos a cielo abierto y generan severos problemas ambientales, pues se localizan cerca de ríos, como el caso de Teotihuacán, o de presas, como la de El Rosario, en Cuautitlán Izcalli.
DÉCADA PERDIDA
Un estudio realizado en febrero del 2000 por la entonces Secretaría de Ecología del gobierno estatal, en coordinación con la agencia alemana GTZ, advirtió que nueve tiraderos a cielo abierto del valle de México habían concluido su vida útil y carecían de control sobre los residuos depositados, además de que requerían saneamiento y cierre definitivo.
El “Informe del recorrido a nueve tiraderos de la zona conurbada del estado de México”, elaborado por el doctor Ullrich Lottner, del Bayrisches Landesamt für Umweltchutz (institución técnica de la Secretaría de Ecología del estado de Baviera), detalló entonces las condiciones inadecuadas en que operaban los basureros mexiquenses.
Los tiraderos a cielo abierto estudiados en el 2000 fueron los de Los Reyes la Paz, Nezahualcóyotl, Coacalco, Tultepec, Cuautitlán Izcalli, Tepotzotlán, Tultitlán, Zumpango y Ecatepec, además del relleno sanitario de Tlalnepantla.
El análisis arrojó que en seis de los nueve tiraderos se presumía la disposición de residuos tóxicos, además de que el de Zumpango contaminaba directamente mantos freáticos y el de Ecatepec se ubicaba sobre una falla geológica.
CLAUSURADOS
La Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) inició hace más de cinco años la clausura de tiraderos municipales saturados. Huixquilucan, Teoloyucan, Melchor Ocampo, Hueypoxtla y Coyotepec son ejemplos de basureros cerrados por la dependencia.
Ahora dichos municipios, junto con otros como Cuautitlán-México, Coyotepec, Nextlalpan, Tonanitla y Coacalco, por mencionar algunos, llevan su basura a tiraderos o “rellenos sanitarios” de otras localidades, traslados que en ocasiones superan los 20 kilómetros de distancia.
Los “rellenos sanitarios” de Tlalnepantla, Naucalpan, Nicolás Romero, Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Tepotzotlán y Tecámac, son operados por empresas privadas, con concesiones por hasta 30 años, mientras que los confinamientos de Atizapán, Ecatepec, Zumpango y Tultepec están a cargo de los gobiernos municipales.
El tiradero de Ecatepec, localizado en Chiconautla, estuvo concesionado a la empresa Asiamex, pero el gobierno local retiró la concesión por incumplimientos. Ahora recibe un promedio diario de 400 toneladas de basura de mercados, escuelas, edificios públicos y hospitales. Recolectores voluntarios se encargan de los desperdicios en las comunidades y los llevan a otros tiraderos.
Los depósitos de Zumpango y Tultepec son sitios controlados que cumplen con la norma para operar, mientras que el de Atizapán, ubicado en el paraje Puerto de Chivos, tiene ocho años de vida útil y las autoridades locales aseguran que se trata de un “relleno sanitario”.
La empresa Proactiva del Medio Ambiente opera los rellenos sanitarios de Tlalnepantla y Naucalpan, que cumplen con la normatividad y son señalados como ejemplo a nivel nacional.
El “relleno sanitario” de Cuautitlán Izcalli, abierto en el 2011, es operado por la empresa Tersa del Golfo y recibe basura del Distrito Federal; el de Nicolás Romero está a cargo de “Biosistemas” desde hace cinco años y el de Tepotzotlán de Comercializadora T. T. S. A. El depósito de Tecámac también es operado por una empresa privada e igualmente acepta desperdicios capitalinos.
El tiradero de Tultitlán, enclavado en las faldas de la Sierra de Guadalupe, está concesionado a la empresa Tecnosilicatos de México, que opera también el relleno sanitario de Ixtapaluca, receptor de basura del Distrito Federal.
El confinamiento tultitlense debió ser clausurado y saneado desde hace por lo menos cinco años, aunque la empresa no ha cumplido y el gobierno municipal analiza revocar la concesión.
Hasta hace cuatro años el gobierno de Cuautitlán-México dispuso de una gran bodega para almacenar la basura, localizada en el Libramiento La Joya, donde los desechos eran separados y trasladados a tiraderos de otras localidades.
LA RUTA DE LA BASURA
La basura de Cuautitlán Izcalli recorre hasta 14 kilómetros para llegar a los “rellenos sanitarios” de Tlalnepantla y Tepotzotlán, a pesar de que el municipio cuenta con el confinamiento de la empresa Tersa del Golfo, localizado en predios del ejido de Santa María Tianguistengo.
Unas 400 toneladas de basura son recolectadas diariamente por el gobierno de Cuautitlán Izcalli y llevadas a Tlalnepantla, en tanto que recolectores voluntarios disponen de 300 toneladas en Tepotzotlán.
Tersa del Golfo recibe al día mil 500 toneladas de basura del Distrito Federal y unas 100 toneladas de Cuautitlán-México, por lo que los desechos recorren más de 20 kilómetros antes de ser confinados.
Habitantes de Cuautitlán Izcalli aseguran que dicho “relleno sanitario” es un tiradero a cielo abierto, pues la basura no es cubierta adecuadamente con tierra y el polvo se esparce a las comunidades. Dicen que a 800 metros de distancia está la presa El Rosario y temen que en época de lluvia los lixiviados lleguen al cuerpo de agua.
Aunado a lo anterior, está el problema del ex tiradero de basura de San José Huilango, aparentemente clausurado y dado en concesión para su “saneamiento” a la empresa Green Point, en 2010, la cual ha incumplido con la tarea provocando una multa, por parte de la Propaem contra el Ayuntamiento, de dos millones de pesos en detrimento de las finanzas públicas.
“Dicho sitio de disposición de desechos ha generado un verdadero foco de infección a habitantes de los conjuntos urbanos La Piedad y Lomas de Cuautitlán, el cual es estudiado incluso por especialistas del Instituto Politécnico Nacional debido a la generación de una laguna de lixiviados (jugos de la basura) a cielo abierto y con ello la aparición de enfermedades entre los colonos de la zona, incluso se habla de la muerte de personas”, alertó Jorge Arzave Orihuela, luchador de derechos humanos en Lomas de Cuautitlán.
El “relleno sanitario” de Nicolás Romero, de la empresa Biosistemas, recibe las casi 150 toneladas de basura de este municipio, así como de Huixquilucan y Coacalco, comunidades localizadas a más de 20 kilómetros, y sobre el cual habitantes de la tierra del Hormiguerillo se queja de los fétidos olores en colonias como Zaragoza, Morelos y Progreso Industrial.
El alcalde de Tepotzotlán, Pedro Vargas, reconoció que el confinamiento municipal es un “sitio controlado” y está en camino de convertirse en “relleno sanitario”, operado por la empresa Comercializadora Transporte Terrestre . S. A, con la cual su gobierno realizó un “convenio”, cuyos detalles que desconocen los habitantes al igual que desconocen sí tal convenio y concesión del servicio público fue avalada por la Cámara de Diputados del estado de México.
Pero el edil, cuyo gobierno fue emanado del Partido Revolucionario Institucional, no reconoce que la contaminación es permanente y que se incumple la normatividad ambiental, pues por ejemplo fue instalado en las faldas de la Sierra de Tepotzotlán, un Área Natural Protegida, además se engaña a la población con el letrero que hay en el “sitio” donde se lee “Relleno Sanitario de Tepotzotlán”, del cual los fétidos olores llegan hasta la comunidad Flores Magón, en el centro de este Pueblo Mágico.
“Tenemos los beneficios que al municipio no le cuesta tirar su basura. Si tuviéramos que hacerlo en otro lado, el más cercano, caeríamos en muchos costos, de combustible, de desgaste de unidades, de personal, de tiempo y lógicamente reduciría el servicio a la comunidad”, explicó Vargas Reyes.
Agregó: “Estamos recibiendo ingresos por parte del operador, al que se le pide una aportación mensual de 100 mil pesos, aparte Teoloyucan, que tiene muchos años tirando ahí, también paga una aportación al municipio, 120 mil pesos mensuales”.
El tiradero de Tepotzotlán recibe igualmente basura de Coyotepec y de empresas privadas, entre ellas GEN y Sanirent, esta última dedicada a sanitarios portátiles.
Al tiradero de Tultepec llega únicamente basura del municipio, mientras que en Zumpango es depositada la basura municipal y de Melchor Ocampo y Nextlalpan.
El “relleno sanitario” de Tecámac recibe igualmente basura del Distrito Federal, a más de 30 kilómetros de distancia, así como de municipios cercanos y empresas particulares.
Tultitlán continúa depositando su basura en el tiradero municipal de la Sierra de Guadalupe, concesionado a Tecnosilicatos de México, y en el sitio son depositados desechos de particulares y de otros municipios. Las autoridades locales afirman que pronto será clausurado el depósito, cuya concesión podría ser retirada a la empresa por diversos incumplimientos.
Los gobiernos de Tlalnepantla, Atizapán y Tepotzotlán cerraron las puertas de sus “rellenos sanitarios” a la basura del Distrito Federal, para alargar la vida útil de los confinamientos. Saben que pronto no habrá lugar para la basura en el Valle de México.