México ya está en la cuarta ola de Covid.
Sea con la variante Ómicron o con la ya conocida Delta. Se ignora porque las pruebas del sector privado y público sólo detectan el contagio pero no identifican el tipo de virus por cuestión de costos.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, lo reveló desde el 20 de noviembre del año pasado, en el Congreso Internacional de Salud Mental y Prevención de Adicciones en la Construcción de la Paz, en Acapulco, Guerrero:
-Hoy se nos presentan pequeños indicios de una cuarta ola de COVID-19, pero que no lo sepa la prensa.
El domingo 2 de enero se conoció un comunicado interno del ISSSTE, en el que se pide al personal médico prepararse “porque nos encontramos ante la cuarta ola de Covid-19”, lo que no deja lugar a dudas del crecimiento del tsunami, como advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en diciembre pasado.
Pero Andrés Manuel López Obrador lo negó hasta que ayer ya no pudo, tal como ha sucedido desde que esto comenzó, en marzo de 2020, no sólo con la epidemia y sus miles de casos y muertes, sino con el beneficio del uso de cubrebocas, la aplicación de la vacuna y la gravedad de la enfermedad.
Eso sí, dijo que los contagios se han incrementado, pero no la hospitalización ni las muertes.
Y en este caso tiene razón… hasta ahora.
Anthony Fauci, el principal epidemiólogo de Estados Unidos, lo ha advertido y reiterado:
-Habrá saturación de hospitales y muertes, porque los casos se han incrementado sin precedente.
Claudia Sheinbaum, la mandataria capitalina, sigue a su sensei.
Repite todos los días lo que él dice.
Igualito que hacía Eruviel Avila Villegas con su ídolo Enrique Peña Nieto.
Pero como México no es de otra galaxia ni está aislado del mundo, la cuarta ola comenzó.
¿Los contagios serán hospitalizaciones?
¿Las hospitalizaciones serán muertes?
Los contagios de Covid-19 comenzaron a subir desde la semana pasada, justo después de la Navidad, de las fiestas y de la gran idea de Sheinbaum de abrir una feria en Zócalo.
De 943 reportados por la Secretaría de Salud el lunes 27 se brincó a 4 mil 426 el martes, y a 5 mil 290 el miércoles.
De ahí, pasó el jueves a 8 mil 024, el viernes, último día de 2021, a 10 mil 37, y el domingo 2 de enero a 10 mil 864.
Un incremento de mil por ciento en sólo siete días.
Es verdad que parar la economía y la actividad nuevamente, tal como se hizo en 2020, sería muy grave para la de por sí endeble economía mexicana, pero asumir que no pasa nada también lo es.
Es criminal.
El fracaso de este gobierno en el manejo de la epidemia es indudable y muy grave.
México continúa en cuarto lugar mundial en muertes por C-19.
Y de comenzar a registrarse fallecimientos, será muy difícil enfrentar la ola con éxito.
Vámonos:
¿No que no subiría la gasolina?
Es un gasolinazo, no un ajuste, como dice la 4T.
albermontmex@yahoo.es @albermontmex