TULTEPEC, Méx. Viviendas ubicadas en zonas urbanas de este municipio son utilizadas como talleres clandestinos de fabricación de pirotecnia y bodegas de almacenamiento del producto terminado, lo que representa enorme riesgo para la población.
El estallido de un almacén ilegal de fuegos pirotécnicos en el barrio San Juan, ocurrido el pasado 24 de marzo, puso en riesgo a 400 alumnos del turno vespertino de la escuela primaria Felipe Villanueva, ubicada en dicha comunidad, así como a vecinos del lugar.
Una lluvia de cohetes y pedazos de concreto cayó en las inmediaciones de la vecindad habilitada como bodega de juegos pirotécnicos, que se destruyó totalmente con la explosión. La onda expansiva y los restos de piedras afectaron otras tres viviendas, una de ellas igualmente destruida.
Afortunadamente el incidente dejó personas con lesiones leves, sobre todo alumnos de la primaria, a los que cayeron vidrios rotos.
Madres de familia de la institución educativa plantearon la revisión de domicilios cercanos a la escuela, para garantizar que no haya polvorines o bodegas clandestinas de fuegos artificiales.
El gobierno municipal informó que la regulación del uso de la pólvora compete a instancias federales, por lo que no está facultado para revisar domicilios para detectar talleres o bodegas clandestinas de pirotecnia, lo que corresponde a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
CRISIS NERVIOSA
Madres de familia de la primaria Felipe Villanueva, localizada en calle Francisco I. Madero, barrio San Juan, informaron que los niños recibirán ayuda sicológica para superar el miedo de ese día, algunos de los cuales rechazan regresar al plantel.
“¿Me voy a morir, mamá?’”, preguntó uno de los menores a su madre, que intentó convencer a su hijo que la escuela es segura y no le va a pasar nada.
El plantel suspendió clases una semana, que se reanudaron el 1 de abril.
Dos minutos fueron la diferencia entre la vida y la muerte para Fernando Martel Navarro, habitante de la casa localizada en Cerrada Francisco I. Madero, quien salió de su vivienda momentos antes de la explosión.
Sus cuartos, cocina y sala fueron destruidos por los restos de concreto que cayeron. El colchón y otros objetos se quemaron. Su televisión, lavadora, estufa y sala quedaron inservibles. La casa es aledaña a la primaria Felipe Villanueva.
Relató: “Poco antes estaba en mis cuartos. Me hubiera aplastado, botado todos los tabiques, achicharronado, pero por la gracia de Dios lo sigo contando”. Una losa de concreto de la vivienda destruida cayó sobre su casa y la derribó totalmente, pues el techo era de lámina.
El hombre vivía con su padre Hilario Martel. Ahora no tiene dónde vivir, pero el gobierno municipal le prometió apoyo para reconstruir su vivienda.
Apenas el pasado 12 de marzo se quemó un taller clandestino de elaboración de cometas, ubicado en el barrio Trigotenco, también en área urbana, cerca de la cabecera municipal, aunque en este caso un poco alejado de viviendas, la más cercana a unos 50 metros de distancia.
Según testigos en este incidente no hubo explosión, sólo un pequeño ruido y una enorme columna de humo.
Las autoridades aseguraron que no hubo personas lesionadas. No obstante, el flamazo quemó el pasto de unos 30 metros a la redonda y destruyó los cuartos de lámina utilizados como taller.
SE VENDE COHETE
La venta de cohetes en viviendas de Tultepec es un secreto a voces. Incluso los colonos más osados colocan letreros en los zaguanes de sus casas.
La venta clandestina de cohetes se realiza a pesar de que en el municipio se ubica el Mercado de Artesanías Pirotécnicas de San Pablito, mejor conocido como tianguis pirotécnico de San Pablito, con 300 locales que ofrecen todo tipo de fuegos de artificio, autorizado por la Sedena.
Autoridades de Tultepec estiman que en unas 200 viviendas del municipio se fabrican o se venden cohetes.
Incluso en “temporada alta”, como las Fiestas Patrias o Navidad, puestos de cohetes son instalados frente a los domicilios. Pero en la mayoría de los casos letreros anuncian esta actividad.
También jóvenes se apostan en las inmediaciones del tianguis San Pablito y abordan a los consumidores, a los que ofrecen cohetes más baratos.
Locatarios del tianguis de San Pablito consideran que la venta de cohetes en domicilios es competencia desleal, pues ofrecen sus productos a precios más baratos, aunque por lo regular son de menor calidad.
SIN FACULTADES
Autoridades de Tultepec afirmaron que la regulación de la fabricación, almacenamiento, distribución y comercialización de pirotecnia compete a la Sedena.
Agregaron que el gobierno municipal está imposibilitado legalmente para revisar domicilios en busca de polvorines o almacenes clandestinos de productos pirotécnicos.
Sin embargo, las autoridades locales sí pueden sancionar a los infractores, a través de Protección Civil municipal, debido al riesgo que existe para la comunidad.
En Tultepec se localiza La Saucera, zona autorizada para la Sedena para instalar polvorines y almacenes de fuegos de artificio.
En La Saucera también se registran accidentes, aunque civiles no son afectados, pues las viviendas todavía están alejadas, aunque poco a poco la zona pirotécnica autorizada es rodeada por asentamientos humanos.
El tianguis pirotécnico de San Pablito tiene 300 locales y en ellos está permitida la venta de pirotecnia. Este mercado ha sufrido dos incendios que lo devastaron totalmente.
Madres de familia de la escuela primaria Felipe Villanueva recuerdan que una mujer les dijo, después del estallido de la bodega clandestina: “Señoras, no sé de qué se espantan, viven en Tultepec”