CIUADA DE MÉXICO, Méx.-. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como parte del Programa Nacional de Reconstrucción (PNR), continúa la titánica labor de consolidar y restaurar el patrimonio histórico inmueble, y mueble asociado a inmueble, afectado por los sismos ocurridos los días 7 y 19 de septiembre de 2017.
De los 3,629 inmuebles históricos y zonas arqueológicas dañados por ambos terremotos, en 11 entidades federativas, los trabajos de rehabilitación de 2,340 son competencia del INAH. A la fecha, de esta cantidad, se tiene más de 65% de avance en la entrega de obras; quedando pendiente algunas construcciones con deterioros severos, las cuales recibirán en lo subsecuente un mayor enfoque.
A lo anterior, cabe sumar los inmuebles atendidos por la Secretaría de Cultura federal, a través de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), lo que eleva a 73% los edificios históricos, principalmente parroquias, entregados a sus comunidades.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, sostiene que cada uno de estos proyectos, ejecutados por empresas especializadas en restauración de bienes culturales, ha sido supervisado por profesionales de la institución, hombres y mujeres, adscritos a las secciones de Monumentos Históricos y de Conservación de los Centros INAH estatales, y en el caso de la Ciudad de México, de las coordinaciones nacionales de Monumentos Históricos (CNMH) y de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).
“Estas cifras, aunque frías, permiten vislumbrar una labor titánica que ha incluido aspectos técnicos, normativos, legales, fiscales, financieros, administrativos y también, y no menos importantes, aspectos sociales, puesto que en el proceso ha sido necesario llevar a cabo acciones de información, diálogo, orientación y convencimiento con las comunidades para rescatar el patrimonio afectado.
“Para todo ello, han debido concitarse recursos, voluntades, talentos y esfuerzos de instituciones de los diversos órdenes de gobierno, de la iniciativa privada, de autoridades y organizaciones religiosas, así como de la sociedad civil; de igual manera en ello han participado cientos de empresas y especialistas, así como un número importante de trabajadores herederos de las técnicas ancestrales de construcción, cuya labor es digna de destacarse y reconocerse, sin cortapisas”, expresa el antropólogo.
Esta colaboración ha posibilitado concluir las obras de rehabilitación en los estados de Chiapas, Hidalgo y Guerrero; y en los próximos meses, se espera finalicen en el Estado de México.
Es digno de destacar el trabajo realizado en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, Morelos, el cual abrió de nuevo sus puertas convertido en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos. En 2022, con la reintegración de su icónico torreón –el cual redujo su peso en 70%, gracias a una estructura con materiales más ligeros–, se dio por finalizada la tarea arquitectónica, además de la restauración del gran tríptico mural de Diego Rivera, Historia del estado de Morelos, Conquista y Revolución, que el público puede admirar restaurado en su sitio original.
Asimismo, el INAH ha tenido en especialistas de la Universidad Roma Tre, de Italia, excelentes aliados para el análisis de casos complejos, como son algunos de los exconventos del siglo XVI a las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl donde, de forma inmediata, se procedió a obras de apuntalamiento, estabilización, consolidación y protección de bienes muebles.
Gracias a ello, se cuenta con proyectos ejecutivos que permitirán abordar la intervención de los antiguos monasterios de la Inmaculada Concepción, en Zacualpan de Amilpas y de San Juan Bautista, en Tetela del Volcán, en Morelos, por citar un par de ejemplos.
Entre los casi 700 inmuebles con daños severos, cuyas obras de restauración han concluido, pueden mencionarse la Catedral de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas; el Ex Convento y Templo de la Natividad, en Tepoztlán, Morelos; la Catedral de Tenancingo, en el Estado de México; el Templo de Santo Domingo Petapa, en el Istmo oaxaqueño; la Parroquia de Santiago Apóstol en Xochihuhuetlán, Guerrero; la Basílica de la Santísima Virgen, en Ocotlán, Tlaxcala; y el Templo de Santa Cecilia, en Atlixco, Puebla. Todos ellos, casos de gran complejidad por sus dimensiones, nivel de afectación e importancia histórica y comunitaria.
El titular del INAH reitera el compromiso de la Secretaría de Cultura federal a través del INAH, de restaurar hasta el último inmueble dañado por los sismos de 2017, como lo ha instruido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, así como la responsabilidad de difundir el trabajo de una institución académica que, por más de ocho décadas, ha acreditado su nobleza, su prestigio y su respaldo con las mejores causas de la sociedad a la cual se debe.