TLALNEPANTLA, Méx.- La Pista Revolución la leyenda del rock punk al norte de la megaperiferia. Un lugar cerca del cielo con ángeles y demonios. En la emergente colonia Tenayo Puerto, (Tlalnepantla), lugareños y neo-nómadas expulsados de todos los rincones del país llegaron a poblarla, arquitecturaron el cerro como morada, para darse un techo donde guarecerse. Ahí hace 37 años surgió la pista Revolución, donde la distopía de la escena rocanrolera- punketa- urbana- hevymetalera y anexas se escucho a todo alto voltaje, para esparcimiento y gozo de la banda, cuando la banda era estigmatizada pero había respeto por el barrio y la represión era el pan de cada día.
Recuerda Guadalupe Martínez, alias El Cuervo, un personaje emblemático de la escena del norte de la megaperiferia de la ciudad de México. En la Pista Revolución, se nombro así en homenaje a los revolucionarios mexicanos, como el abuelo Juan Martínez, que anduvo con Pancho Villa, que dieron su vida por salir de la pobreza, pero que estuvieron esperando justicia social muchos años.
La Pista es un cuadrángulo de unos 800 metros donde el baile tribal del slam de nuestros tiempos levantaba la polvareda, los espíritus se reconfortaban con algún blues y una que otra queja de los vecinos porque llegaban especímenes de, cuero, mezclilla, cabelleras, pelones, o con picos en la cabeza, que gustaban del ruido-locochon que llaman rock, punk y sus derivaciones.
En este espacio desfilaron grupos que ahora son leyenda, El Espécimen de Tijuana comandado por Benny Rotten; el Masacre 68, con el Aknes; el talentoso músico-higadovich Carlos Mata; Secta Suicida con la legendaria punketa Zapa, que junto con Chucho Cadáver, irrumpieron en la pantalla grande del cine, con la seminal película del rock nacional “¿Cómo ves?” eran tiempos oscuros, de furia contenida.
En la Revolución, también se presentaron el Ultimátum; Ramones, pero de Chalma; Kafra, (de Sonora) y el Tri del Alex Lora, que fue de los conciertos “más atascados”, en toda la extensión de la palabra. La Pista Revolución nació cuando tenía 17 años, recuerda el Cuervo, “cuando por propia necesidad de expresarme, también me toco vivir la represión y entonces se forma Neblina Morada, con Felipe “el Pato” primera guitarra y voz; la segunda guitarra, Ramón “el Negro”; y en el bajo “el Poli”. Y entonces comenzaron las tocadas de rompe y rasga, una temporada memorable fue la de Los Beach Boys, pero de “Miami Beach”-San Rafael; la de los Yes Blues, que lo formaban el Paco Yescas, Jaime y Juan Yey y el Charly. También estuvo el Féretro, famoso por San José de la Escalera y la “Mugreso Nacional” de la delegación Gustavo A. Madero.
La Revolución dio cabida a los que ahora son o ya se siente rock-star, de alto kilometraje como los Bostik que llegaron para quedarse; La Gota, que se evaporó, el Haragán y Compañía, con Luis Álvarez, de la colonia Las Palomas, por San Lucas Matoni, quien de novel músico se proyectó y llego como dice su canción a Nueva York y, que para el fin de Milenio emergería como muchos grupos más en un movimiento que alcanzó en su marejada musical a la “Arena López Mateos” donde el visionario Héctor Guzmán, tendría “el colmillo” para que el encordado del centro de Tlalnepantla, fuera un foro del otrora perseguido género musical, que por aquel entonces hasta llego a denominarse a Tlalnepantla como “La Catedral del Rock· a a mediados de los ochentas, donde la banda punketa españoleta Eskorbuto armó un slam de miedo! Cojones!.
La lista de las bandas rockeras que tocaron allá por arriba del cerro es larga: Bestia Metálica; Escoria, del doctor Wagner; Herejía; Interpuesto del recordado Watson; La Banda de Blues del irredento Juan Hernández; Los Tex y muchos otros más.
La celebración de la Revolución será por noviembre, adelanta el Cuervo, quien con otros aferrados al rock, que lo conceptualizan como cultura de deveras no de mentiritas y el movimiento musical más importante del fin de siglo, están impulsando un proyecto similar al cosmopolita, Tianguis cultural del Chopo de la ciudad de México, en la ciudad de Tlalnepantla, la Tierra de En medio, para generar una política cultural hacia la juventud imprescindible en los últimos tiempos para dar opciones a los jóvenes y no tanto de la región del Valle de México.