AMLO y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) los evidenciaron. La respuesta fue inmediata de la Organización Civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI): ¡Están violando el secreto fiscal! Desde luego que no existe esa supuesta violación, pero la respuesta no niega el hecho de recibir dinero del extranjero, particularmente de los Estados Unidos (EU), con fines de hacer política e influir en las decisiones del país. Es su manera de apostar por la desestabilización del movimiento de la 4T.
La mañanera del martes 13 de agosto soltó la noticia y marcó tendencia en todos los medios de comunicación. Los canales de redes se sumaron en dar a conocer la lista, los montos, las empresas y personas que contribuyen con recursos al financiamiento de MCCI; enfatizaron en el dinero proveniente del extranjero. Las críticas y muestras de rechazo fueron unánimes hacia la organización civil que dice combatir la corrupción y la impunidad en México. Del lado de los medios tradicionales, todos en contra de AMLO, Morena y la 4T, trataron de matizar los señalamientos contrarios a la organización que encabeza la oposición política, más allá de los partidos PRI y PAN. Como siempre no les funcionó.
En el ánimo de la población, mexicanos contra la corrupción es una organización malinchista; es una agrupación que actúa en contra del interés general de México y, por lo tanto, sus promotores, militantes y financieros son traidores a la patria. Suena fuerte, y lo es, pero es la percepción que ha permeado en la opinión de la mayoría de los mexicanos. Este era el partido que le quedaba a la oposición en la lucha por el poder público y perdió con la presentación que hizo Pablo Gómez, titular de la UIF, sobre el financiamiento que ha recibido.
Así termina la confrontación de MCCI con AMLO y perdió de punta a punta. El presidente los dejó, como diría el clásico “los toleró hasta en excesos criticables”, no impidió que siguieran encabezando las críticas a su gobierno; fueron ellos y su líder, el señor Claudio “X” los que aglutinaron a la oposición para hacer un frente de lucha para derrocar al gobierno de la Cuarta Transformación. Al final los venció de manera contundente y pienso que de forma irreversible. Esto último porque los partidos que siguieron la estrategia de unirse para vencer a Morena con la guerra sucia perdieron más que las elecciones. Quedaron reducidos a organizaciones políticas minoritarias, destruidas a su interior y con escasa representación en el Poder Legislativo.
Ahora les queda claro que México no es Venezuela, aquí no tienen a un Guaidó o a una Corina Machado. En su lugar tuvieron a Xóchitl y ahora tienen a María Amparo “n”, también a Marko, con K, y a Alejandro “n”. Tuvieron al PRD, pero lo desaparecieron. Solo faltaba que se hiciera público el desprestigio que acompaña a MCCI y se hizo. ¿Qué les queda a los promotores de este tipo de oposición de guerra sucia y en contra de México? Entender que el país ya cambió, a pesar de ellos.
Tienen el camino de la autocrítica, aceptar su fracaso y volver a los causes institucionales, legales y legítimos de la lucha por el poder público en México. Debe saber el líder del MCCI, el señor “X” que Claudia no es AMLO. Que ella tiene una mayoría en el Poder Legislativo y no dudará en hacerla valer. No se dejará faltar al respeto como mujer ni como presidenta de los Estados Unidos Mexicanos.
Ante Claudia no tiene ninguna oportunidad Claudio. A ella la acompaña un país a él no.