GUERRERO, Méx.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), órgano de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, celebró la entrega de los trabajos de rehabilitación del cercado perimetral, así como la instalación y equipamiento de la sala introductoria de la Zona Arqueológica Teopantecuanitlán (ZAT), ubicada en el municipio de Copalillo, Guerrero.
Dichas intervenciones se realizaron como parte del programa “Lugares, Sitios Sagrados y Rutas de Peregrinación”, financiado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, en respuesta a la petición de las y los habitantes de Acingo, Tinajas y Tenantitlán, en la región del Alto Balsas, quienes manifestaron que Teopantecuanitlán es el lugar más significativo y sagrado para ellos.
Fue así que se implementó el proyecto denominado “Rehabilitación y mejora del Sitio Sagrado de Teopantecuanitlán”, en coordinación con el Centro INAH Guerrero y autoridades locales y ejidales.
Entre las acciones emprendidas estuvo la renovación de la sala introductoria, a partir de investigaciones recientes en este asentamiento, ubicado al sureste de la ciudad de Iguala y que tuvo al menos dos ocupaciones: la primera de 1,400 a 600 a.C., con características plenamente olmecas y, la segunda hacia el año 750 d.C., durante el Epiclásico, cuando fue construida su cancha de Juego de Pelota.
Cabe destacar que las cédulas museográficas tienen como primer idioma al náhuatl propio de los pobladores de esta región. La traducción del contenido, a su vez, fue realizada por profesores oriundos del lugar.
Durante el evento que tuvo lugar el 15 de diciembre de 2024 el titular del Centro INAH Guerrero, Héctor Torres Calderón, manifestó que “una de las actividades del instituto es investigar científicamente a las sociedades pretéritas y proteger los monumentos arqueológicos, esto lo hemos realizado desde hace tiempo de la mano con las comunidades vecinas.
“Nuestro quehacer se extiende al sentir y atender las culturas vivas, principalmente de aquellas que conservan fuertes vínculos con su tierra y sus orígenes”, subrayó al expresar que estos son solo algunos de los valores del humanismo mexicano que nos enseñan los pueblos originarios.
Con el propósito de agradecer la culminación de las labores ya citadas, las comunidades involucradas hicieron una ofrenda floral en la ZAT, por haber permitido la realización y culminación de los trabajos. Posteriormente, se llevó a cabo la danza regional “El Milagrito”, que es una tradición rescatada por la Casa de las Niñas y Niños Indígenas de Tlalcozotitlán.
Más adelante, el arqueólogo del Centro INAH Guerrero, Juan Pablo Sereno Uribe, ofreció una visita guiada a las y los asistentes, quienes disfrutaron de la arquitectura monumental de esta antigua urbe de filiación olmeca, única en la región.
La apropiación simbólica del patrimonio cultural por parte de las comunidades fortalece la protección y defensa del mismo. De igual modo, denota un claro ejemplo de respeto y compromiso por preservar los vínculos con sus orígenes y tradiciones ancestrales.