TLALNEPANTLA, Méx.- Hasta 120 indocumentados llegan a la semana al Santuario El Cerrito para pedir alimentos, descanso y aseo, por lo que el proyecto de reconstrucción de dicho templo contempla la edificación de una casa de atención para migrantes, informó el párroco Alejandro Torres López.
En conferencia de prensa, el responsable de la reconstrucción del Santuario a la Santísima Virgen de Guadalupe y Casa de Juan Diego, hoy El Cerrito, detalló que hay una gran afluencia de indocumentados en esa institución religiosa debido a que se encuentra muy cercana a las vías de Tultitlán, sitio de llegada de miles de inmigrantes centroamericanos.
Acompañado por Norberto Hernández Bautista, luchador social e impulsor del proyecto de remodelación del templo El Cerrito, así como el arquitecto Fernando Rodríguez Rueda y Lucio Lozano, encargado de la obra, el párroco Alejandro Torres lamentó la indiferencia de las autoridades civiles de los tres niveles de gobierno por no apoyar dicha construcción.
“La mayoría de los donativos económicos y de materiales se han recibido de los feligreses, más del 80 por ciento de los apoyos vienen de ellos, uno que otro diputado nos ha enviado cemento, pero resulta insuficiente, pues a la fecha va un 15 por ciento de avance de la obra, con un inversión de más de cinco millones de pesos, pero el costo total de la obra se estima en más de 50 millones”, detalló.El párroco Alejandro Torres López informó que dicho proyecto además de la remodelación del actual templo El Cerrito, se tiene contemplado la construcción de un museo, pues se han encontrado piezas de artesanía prehispánica en pedazos ya documentadas por funcionarios del Instituto Nacional de Historia y Arqueología, asimismo se tiene proyectado edificar una casa de atención a los migrantes y un dispensario médico para atención de la población, entre otros detalles.
Por último, Norberto Hernández Bautista, ex presidente consejero del Instituto Electoral del Estado de México, subrayó la importancia de consolidar dicho proyecto “para poner a Cuautitlán en el orden de un polo de atracción para el turístico religioso y detonar la economía local de la población”.