La consulta anunciada por César Camacho Quiroz, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para eliminar a cien diputados y treinta y dos senadores plurinominales o pluris es un plan con maña.
El objetivo, más que deshacerse de 132 becados, es disminuir el impacto, hacer sombra, a la doble consulta energética que la izquierda fracturada planea dizque para echar abajo la reforma en la materia y, de paso, sumar votitos en su objetivo por arrasar en las urnas en 2015.
Una consultitis aguda en las elecciones para ganar adeptos, cuando se renueven nueve gubernaturas, 17 congresos, más de mil alcaldías, la Cámara de Diputados federal, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y las dieciséis delegaciones políticas.
A las del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se sumaron la del Partido Acción Nacional (PAN), en torno al salario mínimo, y la del PRI.
Los priístas, colmilludos, marrulleros y alertados por el crecimiento del movimiento izquierdoso, sacaron de la chistera la propia, para demeritar a las petroleras porque, saben, legalmente difícilmente procederá.
Y eso es precisamente lo que buscan: que no pase, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concluya que la consulta, avalada en la reforma electoral, pero blindada por PRI y el PAN, no permite ir contra ingresos y gastos del Estado… ni contra asuntos electorales.
Lo aprobado por el Congreso desde 2012, pero detallado apenas en febrero pasado, precisa que “son objeto de consulta temas de trascendencia nacional, que repercutan en la mayor parte del territorio nacional e impacten de manera significativa en la población”.
Y aquí la clave:
Excluye la restricción de los derechos humanos, todo asunto en materia electoral y, ojo, ingresos y gastos del Estado, así como la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada.
¿Lo ve?
El PRI apuesta a dos cosas: a distraer la atención de las consultas energéticas, consciente de que ni la suya procederá, y a legitimar ante la opinión pública la decisión que seguramente tomará la Corte, con un probable “El máximo tribunal del país concluyó que no procede ni la energética ni la que nosotros planteamos”.
Pero, además, mienten el PRI y César Camacho Quiroz, su líder, al asegurar que sólo cumplen con una promesa de campaña de Enrique Peña Nieto, de eliminar a legisladores para ahorrar.
De haberlo querido, lo habrían incluido en la reforma electoral recién aprobada y sin tanto ruido. Pero no, argumenta don César que debe consultarse al pueblo, porque, dudar de que ese es el objetivo, es ofenderle.
Me cae que no tienen remedio.
Es tan creíble como lo incisivo de Andrea Legarreta, Raúl Araiza y los seis periodistas “a fondo”, en los programas y entrevista televisivos de la semana que agoniza.
La consulta del PAN, en un tema no menos importante como el salario de hambre vigente, también tiene un doble objetivo: ganar votos y desviar la atención de la energética.
Colaboran, pues.
Zambrano, serpiente; AMLO lo rechaza
Jesús Zambrano, líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha lanzado una estrategia para asumirse como el héroe de la lucha contra la reforma energética.
En su actitud de ruego, de súplica a Andrés Manuel López Obrador para ir juntos en la lucha contra la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) va implícita la hipocresía de quien vendió a la izquierda y hoy dice protestar contra la “infamia”.
Es como una serpiente que acecha y ofrece una manzana para condenar al infierno a quien la acepte.
La apuesta de Zambrano es evidente: asegura estar dispuesto a sentarse con quien sea -no necesita decirlo, basta recordar el Pacto por México, en el que entregó al partido a cambio de respaldo desde Parque Lira para mantenerse en la dirigencia con su pandilla-, sabedor de que lo rechazarán y, entonces, cuando fracase su farsa, dirá: “Ven, se los dije. Ellos -López y los suyos- dividieron a la izquierda y esto es su culpa”.
Pero no todo es mentira.
Sabe el sonorense que López Obrador es, aún, un encantador de masas, un imán para los 52 millones de jodidos, once millones en situación de miseria -no tienen para comer- y que en las elecciones de 2015, además de la consulta ciudadana, el PRD se jugará buena parte de su capital.
Asegura el orgulloso integrante de Los Chuchos, banda que se ha apropiado del partido, que está dispuesto a reunirse con el tabasqueño, creador y dueño de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Como están las cosas, en las boletas de 2015 podrían aparecer dos preguntas similares en torno al asunto energético: la del PRD y la de Morena.
El jueves, un grupo de intelectuales llamó al PRD y a Morena a unirse, pero López lo rechazó, al asegurar que no confían en los líderes perredistas, “porque entregaron el partido al gobierno federal”.
-Respeto mucho a ellos, son intelectuales con dimensión social, gente muy honesta, muy buena, pero no le tenemos confianza a los dirigentes del PRD y no queremos poner en riesgo la celebración de la consulta-, dijo al reiterar que reunirán los dos millones de firmas requeridos.
Ayer, Martí Batres, líder nacional de Morena y fiel escudero del tabasqueño, dijo que no, que nel, que los perredistas son traicioneros, porque en el Pacto por México está la reforma energética y así lo firmaron.
–¿Ahora cómo salen con que están en contra?-, criticó y pidió congruencia.
Zambrano no afloja:
-Estoy en la mejor disposición de sentarme si Andrés Manuel está dispuesto a hacerlo, porque a fuerza ni los zapatos entran.
Y tras el rechazo manifiesto, empuja:
-Se verá quién dividió a la izquierda, quién está arrastrando con una pesada carga al sectarismo, quién es el que realmente está trabajando en sacar adelante la consulta popular.
Plenaria del PRD
Después de romper con Los Chuchos, Luis Miguel Barbosa, Luismi, encabezará la reunión plenaria de la fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado el próximo lunes y, como muestra de que la pandilla que se ha adueñado del sol azteca es amiga ha invitado a Jesús Zambrano, líder nacional.
Lunes y martes próximos en el Four Seasons de Paseo de la Reforma, los solaztequistas se reunirán para discutir la agenda del inminente periodo ordinario, que arranca el 1 de septiembre.
La reforma del campo, que el gobierno peñista comenzará a empujar; combate a la corrupción, migración, aumento al salario mínimo y la consulta popular son los temas principales a discutir.
Barbosa asegura que, pese a su separación de la tribu no está programado abordar su permanencia en la coordinación de los senadores y que se mantendrá en ésta hasta agosto de 2015, cuando, por estatutos, corresponda el relevo.
Además de Zambrano, aparecen en la lista de invitados el secretario general, Alejandro Sánchez Camacho; el jefe de gobierno capitalino, Miguel Angel Mancera, y Cuauhtémoc Cárdenas, aunque no ha confirmado.
Asimismo, especialistas, académicos y líderes de las corrientes o tribus.
Así, acudirán Jesús Ortega, de Nueva Izquierda; René Bejarano, de Izquierda Democrática Nacional (IDN); Carlos Sotelo, de Democracia Social; Vladimir Aguilar, de Foro Nuevo Sol; Héctor Miguel Baustisy, de Alternativa Democrática Nacional, e Ifigenia Martínez, entre otros.
Al fin, Gendarmería
La tan anunciada Gendarmería al fin está en operación.
Cinco mil agentes que asistirán en zonas conflictivas, rojas, donde estén en riesgo la seguridad y la viabilidad económica y comercial por culpa del crimen organizado… como en Michoacán.
Monte Alejandro Rubido García, comisionado nacional de Seguridad, pudo al fin concretar el varias veces pospuesto proyecto desde que Manuel Mondragón ocupaba el cargo.
Camada de jóvenes presuntamente investigados y confiables que se sumarán al combate al crimen organizado, que mantiene su violencia en diversas zonas del país, pese al discurso oficial, que indica una baja tangible con base en las estadísticas.
Con 22 mil 322 no localizados o desaparecidos, el desempleo en crecimiento -5.47 por ciento según el Inegi-, el crecimiento que no despega y no llegará al 2.7 proyectado, estamos aún muy lejos de la paz y la estabilidad.
Y es que Calderón dejó un tiradero, que no ha podido ser recogido.
Vámonos: la ALDF, que comanda Manuel Granados, operador de Miguel Angel Mancera, tipificó como delito de cobranza ilegítima el acoso de esas empresas que se dedican a despertar hasta de madrugada a los deudores.
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