TOLUCA, Méx.- El Centro Especializado en Prevención y Rehabilitación a las Adiciones (CEPRA) del Instituto Mexiquense Contra las Adiciones (IMCA), celebró su segundo año en operación, periodo en el que al menos 200 personas lograron superar sus problemas de dependencia a algún estupefaciente.
El CEPRA es el único centro de rehabilitación a nivel nacional que trabaja con un modelo mixto, permitiendo así el internamiento para garantizar que las personas superen su adicción con la vigilancia y apoyo de los especialistas.
Desde 2015 ha ofrecido 6 mil 858 consultas médicas, psicológicas, psiquiátricas y nutricionales, así como 269 pláticas de orientación a familias de personas con alguna dependencia a sustancias nocivas.
Fernando Guerra Rojano, director del IMCA, indicó que de acuerdo con los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016, publicados el mes pasado, en promedio la población se inicia en consumo de drogas a los 17 años.
En este sentido, destacó las acciones realizadas en la entidad de la mano con los 36 Centros de Atención Primaria a las Adicciones (Capas), mismas que están encaminadas a la prevención e informar sobre las consecuencias del consumo de estupefacientes, incluyendo los daños irreversibles que pueden ocasionar y el tratamiento que se brinda beneficiando también a familiares.
“En el CEPRA hemos trabajado incansablemente en su labor de atención a la población, no sólo de Metepec, sino de todo el estado e inclusive de otras entidades. Tiene un reconocimiento a nivel nacional como centro de internamiento y rehabilitación avalado por la Conadic”, dijo.
Guerra Rojano sostuvo que la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016, reporta que 10.3 por ciento de la población, entre los 17 y 65 años de edad, ha consumido alguna droga por lo menos una vez en su vida y 0.6 por ciento presenta posible dependencia al consumo de drogas en el último año.
En lo que va del año, el CEPRA ha ofrecido más de 2 mil consultas, casi el doble que durante 2015.
Norma Vallejo Valdés, coordinadora general del centro, señaló que desde su creación se ha convertido en aliciente de esperanza no sólo para los pacientes, sino para sus familias y la comunidad, pues ayuda a superar problemas de violencia derivados del consumo de sustancias.