A este tramo del camino, el gobierno de 4ta. se evidencia sin soluciones de fondo, ni planes estructurados que definan claramente el desarrollo del país. Esta es la realidad que se revela, ante la improvisación y las ocurrencias del gobierno que encabeza el presidente López.
Sin una visión, ni un estudio estructurado de los proyectos, obras y acciones que puedan contener los graves problemas que enfrenta el país, como la ola de violencia e inseguridad que golpean, como nunca, a la población y la recesión económica inevitable que se avecina, agravada por las torpes acciones del titular del gobierno federal.
Lo prioritario se engloba sólo a los proyectos patito, sino caprichos ocurrentes, del presidente López, como soluciones milagrosas a un desastre provocado por la ineptitud del gobierno actual: Una Guardia Nacional improvisada y timorata, un nuevo aeropuerto que será inoperante, una refinería submarina y las nuevas universidades que fungirán sólo como guarderías de futuros “profesionales”, pero sin oportunidades de empleo.
La Guardia Nacional, que puso en marcha el presidente López, resultó sólo una versión región 4ta. de la gendarmería, del sexenio anterior, y una copia abaratada de lo que llegó a representar la Policía Federal. La cual, terminó degradando las condiciones laborales, de superación personal y profesional, así como el servicio y carrera de vida de los elementos que la integran.
La Guardia Nacional no funcionará, porque deja de lado el fortalecimiento de los cuerpos policiacos de los municipios y no impulsa estrategias de prevención; además, de que no pude suplir de manera permanente las deficiencias de las policías municipales.
Así, son muchos los ejemplos en que podemos constatar el fracaso de la Guardia Nacional, tanto por su inacción, como por su capacidad limitada de hacer frente a distintos actos delictivos, como pueden ser unos normalistas secuestrando 92 autobuses, hasta su extraña ausencia en los disturbios, enfrentamientos y balaceras ante el crimen organizado, como en Michoacán, Guerrero y Sinaloa.
El Aeropuerto Patito de Santa Lucía, terminará siendo el monumento a la caprichosa necedad de López, que no tendrá otro destino más que el convertirse en un aeropuerto fantasma, dado a su diseño y proyección carente de todo estudio técnico, de impacto regional, mercadológico y de conectividad.
Antes, de siquiera de levantar sus cimientos, el aeropuerto de AMLOlandia está destinado al abandono de las reconocidas aerolíneas, ya que no cumple con las garantías de seguridad y logística necesarias, para operar en él. Así, Aeroméxico, Copa Airlines, Avianca y LATAM Airlines han indicado que por su modelo de negocio necesitan operar en un solo aeropuerto, por lo que descartaron mudar parte de sus operaciones al aeropuerto de la Base Militar de Santa Lucía.
La paradoja alcanza a López, quien, por cancelar el mega proyecto del Aeropuerto de Texcoco, bajo el soso argumento de que se encontraba en un lago (seco y desértico desde hace varias décadas) y que se iba a hundir, ahora, la naturaleza le da un zape al inundar el polígono donde se pretende construir la Refinería de Dos Bocas en Tabasco; el cual, contrario al caso de Texcoco, este si se localiza en una zona de alto riesgo, susceptible a inundaciones por lluvias, marea y al oleaje del mar del Golfo.
Absurdamente, AMLO cancela la construcción de un aeropuerto de talla internacional, bajo la gran mentira de encontrarse sobre un lago que existió hace varios decenios y pretende construir su refinería patito en un terreno pantanoso, que hasta el año pasado era un manglar.
Y, por si fuera poco, las 100 universidades fantasma de López, en las cuales se puede ingresar sin examen de admisión previo, mucho menos con una evaluación del nivel académico de los aspirantes, ni de los profesores.
La Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ) son una iniciativa del gobierno de López, principalmente para entretener a quienes serán sus estudiantes, en la falsa idea de que se han creado espacios educativos de nivel superior para aquellos, que no pueden ingresar a los institutos de educación superior formales. Claro, la diferencia es que estos espacios educativos no contaran con la infraestructura, ni los estándares requeridos para toda institución educativa profesional formal y, muy posiblemente, sin el reconocimiento o validez requeridos o demandados por el mercado laboral de profesionistas.
Sin edificios o apiñados en algún pequeño local comercial, con planes de estudio diseñados al vapor, con profesores elegidos al azar y formados en una semana y con un catálogo de carreras que no tienen acreditación oficial de la SEP, 83 de las 100 universidades fantasma de López han abierto sus puertas, actualmente.
Y Naucalpan, no es la excepción, en ésta misma semana la alcaldesa anunció con bombo y platillo la inversión de 32 millones de pesos, para rehabilitar el predio denominado Los Tres García, confiscado al crimen organizado en 2011 y entregado al Ayuntamiento de Naucalpan, para la construcción de la Universidad Pública Naucalpense.
Si el gobierno municipal difícilmente puede dar la atención debida y oportuna a las gestiones ciudadanas y mantener en óptimas condiciones la infraestructura básica municipal, el esperar tener una Universidad Municipal que compita a los estándares académicos, de infraestructura, equipamiento y accesibilidad, que tienen las universidades ya establecidas en Naucalpan, será pedirle peras al olmo.
¿No sería más óptimo ofrecer el espacio a la UAEM? Para que una institución reconocida en el ramo de la formación de profesionales, con la capacidad organizativa, con el conocimiento en el diseño de infraestructura educativa y la plantilla académica debidamente acreditada, pueda aprovechar ese espacio y hacer sustentable y perdurable el proyecto de una nueva universidad pública en Naucalpan.