El adelanto de gabinete que dio Claudia Sheinbaum Pardo ayer no es nada nuevo.
Aparecen los puntales del equipo de Andrés Manuel López Obrador y eso que apenas son seis cargos. Es continuidad disfrazada de cambio.
Ya se habían manejado los nombres de las tres mujeres y los tres hombres que ocuparían las primeras carteras del gobierno que comenzará el 1 de octubre próximo.
Juan Ramón de la Fuente, siempre ligado a la presunta izquierda -que no existe, pero así se hace llamar-, en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Ex rector de la UNAM, conoce a Sheinbaum desde hace por lo menos dos décadas, ya que ella cobraba ahí. Dice que era investigadora.
Actualmente es el responsable del proceso de transición con el gobierno que termina el 20 de septiembre.
Marcelo Ebrard, como secretario de Economía, pese a que impugnó la elección interna de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y acusó al gobierno de López Obrador de utilizar los programas sociales a través de la Secretaría del Bienestar, de Ariadna Montiel, para favorecer a Sheinbaum Pardo y a que, incluso, deslizó la posibilidad de salir del partido y de romper con su carnal.
De todos los nombramientos es el más polémico, porque diversos sectores, no sólo en Morena, lo veían con posibilidades reales de ser el relevo de Andrés Manuel, sobre todo porque éste se la debía desde 2012 cuando se quitó del camino para que el tabasqueño fuera el candidato presidencial por el PRD.
Ebrard no conoce la dignidad y fue sometido con los expedientes de la Línea 12 del Metro, construida por él, y del Metrobús… continuado por él.
Ernestina Godoy, ex fiscal general de justicia de la CDMX, a quien la oposición bloqueó para que se quedara otro periodo recientemente, irá a la Consejería jurídica de la Presidencia.
Dice que la base será la ley, pero no menciona ni por equivocación que espió a adversarios políticos, que calló ante las violaciones a la ley y que heredó el cargo al cuñado de Martí Batres, que es sociólogo y no abogado y que se tituló en menos de 48 horas para cumplir el requisito.
Es la Fiscal Carnala, porque la impuso López Obrador a Sheinbaum en la CDMX y, ahora, en la Presidencia.
Rosaura Ruiz, en la inventada Secretaría de Humanidades, Tecnología e Innovación, en lugar del Conahcyt, donde la actual titular, María Elena Álvarez-Buylá, aceptó las órdenes de López Obrador de acosar y hasta denunciar penalmente a un grupo de 31 investigadores por presunto desvío de recursos.
Rosaura Ruiz es científica, académica e investigadora. Fue directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM y la primera mujer en presidir la Academia Mexicana de Ciencias.
Alicia Bárcena, hoy titular de la SRE, chapulineará como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Y Julio Berdegué, que va a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Este es, sin duda, el más acertado de los cargos.
La semana próxima, también el jueves, habrá otros seis nombres.
Hacen las pases Xóchitl y Marko
Xóchitl Gálvez Ruiz hizo las pases con Marko Cortés, pese a las diferencias que la misma ex candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por PRI, PAN y PRD, confesó al concluir el día de la elección.
¿Un culpable?
Hay varios, sin duda, pero el más visible es Andrés Manuel López Obrador y los 922 mil millones de pesos que sólo este año regalará a los niños pobres.
Pese a los detractores, si el PAN no hubiera jugado con Morena, el fantasma del derrumbe del partido sería catastrófico.
¿Alguien ha visto a Delfina Gómez?
La gobernadora del Estado de México que no puede hilar dos frases debido a su ignorancia se acerca al primer año de su sexenio y nada de a muertito o, mejor dicho, muertita.
La ex presidenta municipal de Texcoco, que cobró diezmo a al menos 400 trabajadores del ayuntamiento para entregarlo a Andrés Manuel López Obrador y su entonces incipiente negocio Movimiento Regeneración Nacional (Morena), no aparece en medios, no aparece en Toluca, no aparece en ningún lado y sólo continúa viviendo de la popularidad del tabasqueño y de los 922 mil millones de pesos que regala del erario al año a sus fieles… que le corresponden con su voto.
Compra de voto o programas clientelares le llaman.
Y a proósito del Estado de México, el traidor Alfredo del Mazo Maza, primazo de Enrique Peña Nieto, otro entregado a López Obrador y a su protegida, Claudia Sheinbaum Pardo -hasta la felicitó cuando se anunció su increíble triunfo por más de 20 puntos- está a la espera de que le den un huesito en el gobierno que comenzará el 1 de octubre.
Ahí, Horacio Duarte e Higinio Martinez traen pleito por el relevo en la Secretaría de Seguridad.
Vámonos: López sigue vendiendo espejitos. No importa, porque a sus fieles, quedó claro el 2 de junio, sólo les importa la limosna que reciben. Haga lo que haga