¡Vaya semana para el gobierno mexicano! Tres golpes consecutivos de Washington a la guerra contra el narcotráfico del Presidente Felipe Calderón calentaron el ambiente, martes, miércoles y jueves, para llevar el fuego ha máximo con la negativa de amparo a Florence Cassez, que desató una crisis diplomática con Francia.
“¡Tres veces te engañé, tres veces te mentí, tres veces te engañé!”, canta Paquita la del Barrio. Y aplica a la perfección con los tres “coscorrones” contundentes de Estados Unidos.
Desde la advertencia del subsecretario de Defensa, Joseph Wesphal, de que a Washington le preocupa la narco-insurgencia y la posibilidad de que derroque al gobierno mexicano, con el aviso de que tendrían que entrar a México a combatir, pasando por la reiteración de la Secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, de “grupos terroristas como Al-Qaeda podrían asociarse con cárteles mexicanos del narcotráfico como Los Zetas”, hasta la reprobación total y absoluta del Ejército y la policía mexicanos así como la estrategia, por parte de James Clapper, director de Inteligencia estadunidense.
Y la canciller Patricia Espinosa –qué ternura-, atinando sólo a decir que los funcionarios estadunidenses no deberían hablar sin conocer a fondo ni contar con la información necesaria.
“Estos incidentes, tan lamentables, pues deben llevar a que los funcionarios se abstengan de hacer declaraciones y hacer opiniones sin contar con todos los elementos del caso, porque de verdad que resulta penoso una declaración de este tipo y después la corrección, pero nos parece que es muy correcto que lo hayan hecho”, dijo Espinosa en conferencia de prensa.
¿Cómo se atreve a decir que “desconocen” lo que sucede en México, cuando ellos dictan la estrategia, ubican a los capos del narcotráfico y “colaboran” –el gobierno mexicano lo ha reconocido- permanentemente en la guerra al crimen?
¿Conocen o no la situación en México? ¡Por favor!
En Inglaterra, el embajador y, por cierto, ex procurador general de la república, Eduardo Medina Mora, salió muy indignado a protestar por la acusación de “flatulentos, obesos y holgazanes” que hicieron los conductores del programa de la BBC Top Gear, pero, acá, ¿por qué el gobierno mexicano no salió a protestar enérgicamente contra acusaciones que son más graves? ¿Porque son verdaderas?
Y ninguna de las tres acusaciones es nueva. Ya Hillary Clinton, Secretaria de Estado, aseguró el miércoles 8 de septiembre de 2010 que el narcotráfico mexicano actúa como una narco-insurgencia, tal como en la Colombia de la década de los ochenta, por la utilización de autos-bomba-, a lo que el presidente Barack Obama tuvo que salir a corregir, pero el golpe estaba dado.
Y que el Ejército mexicano no es capaz, tampoco es novedad. Los cables que reveló WikiLeaks en diciembre pasado muestran cómo el gobierno estadunidense considera al Ejército mal preparado, lento e incapaz, aunque destaca a la Marina –curiosamente a la que ellos han entrenado-, como la única que está lista para esas labores.
¡Imagínese!
¿Cuál será la realidad en México, que el segundo y tercer premios en el World Press Photo en la categoría información general fueron ganados por imágenes de un ejecutado a plena luz del día y una cabeza tirada como basura en Juárez? Por cierto, una del mexicano Fernando Brito.
Y el gobierno insiste en que esa no es la realidad y hasta el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, repite el libreto oficial en el que se niega la violencia y se argumenta que Miami, Detroit, Río de Janeiro tienen –efectivamente- un índice más alto de asesinatos que la ciudad de México.
… pero no se trata de el índice de asesinatos, ya que en esas estadísticas no se contempla el crimen en general –secuestros, extorsiones, narcotráfico y anexas, toda la violencia que generan esos grupos-, sino sólo de muertes.
Y mientras, el presidente Calderón, en su discurso con motivo del 93 aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en el campo militar de Santa Gertrudis, Chihuahua, reviró a las críticas estadunidenses con un discurso que, en otros tiempos, hubiera causado conmoción:
“El Estado mexicano, las Fuerzas Armadas, no están invadiendo ningún territorio extranjero” – ¡duro!-, “están defendiendo nuestro propio territorio, no están ambicionando apoderarse de recursos naturales o de otra índole que no nos pertenecen”.
¿A quién le quedó el saco? Seguro al Ejército de Estados Unidos, que en Irak, Afganistán y donde Usted guste y mande, ha invadido a la voz de Go ahead!
Por cierto, Calderón no podía dejar pasar la oportunidad de tripular un avión de la FAM y portar una chamarra de cuero, muy al estilo de la película Top Gun, en la que Tom Cruise es el protagonista.
¡Oh lá lá!, madame Cassez
Otro caso que abre un nuevo frente en la política exterior mexicana. La francesa Florence Cassez Crepin, acusada y condenada a sesenta años de cárcel por tres secuestros cometidos junto a la banda Los Zodiaco – aquella por la que el reportero Pablo Reinah fue despedido, acusado de ser partícipe en el montaje de SSP productions en el rancho de la salida a Cuernavaca Las Chinitas- ha impugnado por todos los medios a su alcance la sentencia por la que está recluida en el penal de Santa Martha Acatitla, pero el miércoles le fue negado un amparo.
Francia, en donde hace apenas unos días se inauguró una exposición con motivo del llamado Año de México en Francia, reaccionó de inmediato y en concordancia con la posición fijada por su presiente, Nicolás Sarkozy, cuando en 2009 buscó llevarse a su compatriota para recluirla allá, criticó el fallo de los magistrados y hasta advirtió que la relación se verá afectada.
“No hay héroes”, mensaje de los criminales
Alvaro Sandoval, El Héroe de Juárez, perdió la batalla ante el crimen organizado, tal como Marisela Escobedo, y los hermanos Le Barón, entre otros, el lunes pasado.
El mensaje del crimen organizado es muy claro: nadie puede ponerse en su camino, porque pagará con su vida.
Sandoval enfrentó a tres sujetos, integrantes de La Línea –brazo armado del cártel de Juárez- que entraron a su domicilio la madrugada del 23 de enero – sí, apenas hace veinte días- en Puerto Palomas, municipio Ascensión, cerca de Juárez, a unos metros de la frontera con Estados Unidos.
Por tal acción se le consideró héroe. Con un arma calibre .380 dio muerte a los tres y las autoridades lo liberaron de inmediato, porque se comprobó que actuó en defensa propia.
Y aunque Sandoval, se supo, rechazó la escolta que le ofrecieron, el gobierno chihuahuense asegura que “realizaban rondines a discreción para cuidarlo”.
Resulta que entre rondín y rondín, unos sicarios llegaron al negocio de Sandoval, un deshuesadero o yonke, para matarlo junto a su esposa, Griselda Alvarado. ¡Ah!, pero fueron generosos porque a la hija de ambos la encerraron en un baño para no matarla.
Y por si fuera poco, la noche del jueves, siete mujeres y un hombre fueron ejecutados en un bar de Ciudad Juárez.
¿De qué ha servido el despliegue de cinco mil militares y agentes de la Policía Federal en esa zona fronteriza, además de los tres mil locales? ¿Ha disminuido la violencia tangiblemente?