Dolores Padierna Luna y Mario Delgado Carrillo se equivocaron.
Querían sumar unos cuantos miles de millones de pesos a la causa, a la lucha contra el virus y a los compromisos que Andrés Manuel López Obrador tiene y para los que comienzan a escasear los recursos.
Nomás era deshacerse de 44 fideicomisos y se llevaban hasta al Fondo Nacional de Desastres (Fonden). Sí, ese que sirve para atender emergencias, principalmente en las zonas más pobres del país y donde las tragedias se ensañan y causan muerte y destrucción.
Este es el tercer fracaso consecutivo para los morenistas.
Apenas la semana pasada Alfonso Ramírez Cuéllar, líder interino partidista y diputado federal con licencia, anunció que darían facultades al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para supervisar la riqueza y cobrar más a los ingratos y malévolos millonarios.
Sí, entrar a la casa de todos los mexicanos a contar cuántos paros de zapatos tienen y, si poseen más de uno, aunque fuese con suela de hule, obligarlo a entrarle con más billete para alcanzar la anhelada y prometida igualdad.
Tras encender a las benditas redes sociales, Andrés Manuel tuvo que apagar el fuego al asegurar que la propuesta es incorrecta e inconveniente y que la situación patrimonial es privada, salvo la de los servidores públicos.
Hace tres semanas, debieron suspender la convocatoria a sesión extraordinaria para aprobar que el presidente decida el destino del presupuesto de manera discrecional ante emergencias económicas, como la actual.
Argumentaron la pandemia, pero la neta es que la oposición se unió y no le dio el voto que necesitaba en la Permanente.
-Pensamos que se iba a entender rápidamente. No fue así. Nos equivocamos, yo me equivoqué, aseguró ayer Padierna Luna, vicepresidenta de la Cámara de Diputados, quien presentó la iniciativa, apoyada por Delgado Carrillo, su coordinador, en la sesión virtual de la Permanente de la semana que termina.
El plan morenista es acabar con los fideicomisos creados por ley, no contemplados en el decreto del Ejecutivo del 2 de abril, que eliminó más de 300, constituidos por acuerdos o decretos presidenciales, que suman la nada despreciable cantidad de 750 mil millones de pesos.
López Obrador ha dicho que son 250 mil millones, un cuarto de billón, unos 10 mil millones de dólares, que se utilizarán en esta emergencia, que, sumados al fondo de contingencias, ronda los 500 mil millones de devaluados pero aún utilizables pesos.
-Se utilizará para apuntalar a Pemex, para garantizar los programas sociales y dar créditos pero, principalmente, para pagar deuda, dijo en esos días.
Es tal el absurdo, que pretendían dar flit -como a las moscas- al Fonden, que tiene 7 mil 129 millones de pesos, permanentes, porque no dependen del presupuesto anual y se utiliza para resolver emergencias principalmente causadas por huracanes, temblores y más.
David León -mi amigo-, titular de Protección Civil, se vio muy elegante al asegurar que respeta la decisión del Legislativo, con facultades, obvias, de modificar las leyes, pero que seguramente había faltado análisis, discusión, para presentar el plan.
El jueves toparon con pared.
Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, todos ganadores del Oscar, encabezaron la defensa del cine mexicano.
Y del apoyo a éste, llamado Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine). También querían desaparecerlo, borrarlo, exprimirlo.
Padierna Luna, tía de Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, el juez que envió al bote a la ciertamente indefendible y traicionera Rosario Robles Berlanga -cómo ha de extrañar sus carcajadas junto a Enrique Peña Nieto, su protector- y esposa de René Bejarano, el que se guardaba hasta las fajillas del banco cuando el vividor Carlos Ahumada Kurtz los financiaba, tuvo que tragar sapos.
¿Y qué cree?
Mario Delgado tuiteó el mismo jueves, ya casi viernes, que el Fidecine no va a desaparecer y en un tono como de salvador de la Patria, casi, casi pidió aplausos.
¿No sería mejor impulsar la inversión y la riqueza?
En lugar de promover la creación, la producción, la ganancia, con proyectos de inversión y con fomento de ésta, se han dedicado a recortar, a desaparecer y a extinguir sin análisis, sin estudio, sin planeación.
Argumenta la iniciativa que los fideicomisos se pervirtieron.
Que son manejados con opacidad.
Con corrupción, pues.
Esa que creció en 2019, el primer año del nuevo gobierno, según la Encuesta Nacional de Calidad de Impacto Gubernamental del INEGI.
Grave, porque precisamente abatirla es una de las banderas de la cuarta transformación.
Tiene razón AMLO
De hecho, Andrés Manuel tiene razón cuando asegura que la encuesta muestra que la gente confía en su gobierno.
Dice el estudio que la percepción sobre la frecuencia de actos de corrupción en instituciones de gobierno se redujo, al pasar de 91.1 por ciento en 2017 a 87 por ciento en 2019.
Vámonos: Las cifras son estremecedoras: mil 323 muertos en tres días y ya son 6 mil 989.
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