TOLUCA, Méx.- La democracia participativa es una de las opciones vigentes para que nuestro país afronte los retos que en esta materia tiene, ya que si bien son elegidos representantes que marcan la pauta y rumbo, también el involucramiento ciudadano debe definir aspectos importantes, al tiempo que se debe tener un control permanente sobre los actores políticos, sostuvo el coordinador del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades (CICSyH) de la Universidad Autónoma del Estado de México, Francisco Lizcano Fernández.
Al dictar la conferencia “Democracia directa, participativa y representativa”, el experto universitario manifestó que por principio, éstas deben considerar tres libertades civiles: de expresión, de reunión y de asociación.
En al auditorio del Centro de Investigación, el especialista definió las características de cada uno de estos tipos de democracia, que indicó, pueden ser aplicados tanto en un Estado como en una entidad o incluso, una organización.
Explicó que desde su punto de vista, la democracia participativa es aquella que se encuentra exactamente en el punto medio entre la directa y la representativa. “La representativa, como su nombre lo dice, es aquella donde los ciudadanos eligen a quienes van a tomar decisiones por ellos, mientras que la directa es en la que actúan, se involucran y son ellos quienes definen lo que se va hacer y los que no”, sostuvo durante su participación.
Para ejemplificar lo anterior, Lizcano Fernández se remitió a diversas culturas indígenas de nuestro país, donde el reparto de tierra, comida, así como la distribución del poder, eran aspectos donde todos participaban.
Finalmente, afirmó Francisco Lizcano Fernández, “en la actualidad, tenemos en la Reforma Política una intención de traer esta idea de democracia directa con el referéndum y el plebiscito, herramientas mediante las que la ciudadanía toma postura, voto y opina sobre temas de interés público”.