WASHINGTON, EU.- La muerte de Fidel Castro no tendrá mayor impacto en el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y para el presidente electo Donald Trump no será fácil dar marcha atrás sin generar malestar, consideraron expertos.
El deceso del nonagenario líder reavivó este sábado las expectativas sobre la política que seguirá Trump, quien durante la campaña electoral planteó revertir el acercamiento, promovido por el presidente Barack Obama y el gobernante cubano Raúl Castro.
“Lo que es claro es que Fidel dejó el escenario no solo hoy, sino hace diez años, y si bien era una especie de conciencia ideológica de la revolución y respetado como el padre de la revolución, no creo que tuviera mucho qué ver con esta apertura”, dijo Eric Olson, director adjunto del programa para Latinoamérica del Centro Woodrow Wilson.
La irrelevancia de Fidel Castro en este proceso quedó asentada durante la visita de Obama a la isla en marzo pasado para conmemorar el primer año del restablecimiento de relaciones, sin que se reuniera con el líder que sobrevivió a diez administraciones estadounidenses.
Durante la campaña, Trump aludió la posibilidad de revertir el restablecimiento de relaciones con Cuba hasta que el régimen cubano acepte sus demandas, sin que se sepa cómo lo hará.