El cochinero de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se abordó ayer en Palacio Nacional.
Andrés Manuel López Obrador criticó la lucha interna del partido que ideó, creó y administra, entre quienes compiten por la dirigencia, que lleva más de un año sin definir, y que se resolverá con una encuesta organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE) por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife).
– ¡Ya, al carajo el oportunismo!, dijo en su mañanera en torno a quienes sueñan con poder, dinero y cargos, sin pensar en la gente, en el pueblo bueno.
El poder por el poder.
Un partido para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos, sólo para su provecho, ya sea en lo político porque desean ostentar poder o provecho económico.
Entonces, eso no ayuda a ningún partido.
No se debe luchar por cargos, se lucha por principios.
No es para Morena, ¡eh¡, es en general este punto de vista.
De que ya, al carajo, con el oportunismo, dijo.
Y se quitó la investidura presidencial -así lo ha dicho ya- para criticar a los aspirantes a dirigir su partido que del que, dice, tomó licencia para cumplir con el cargo que 31.1 millones de mexicanos le dieron en las urnas en 2018.
Porfirio Muñoz Ledo vapuleó a Mario Delgado Carrillo en la encuesta sobre popularidad o conocimiento que se levantó para definir a los finalistas y que se conoció esta semana.
Nomás 14 puntos sacó el veterano de 87 años al protegido de Marcelo Ebrard Casaubon.
Según los resultados del sondeo levantado sólo para conocer a los más populares para la encuesta final, Muñoz Ledo aparece en primer lugar, con 41.7 por ciento de las preferencias, seguido de Delgado Carrillo, con 27.1 por ciento; Pablo Duarte Sánchez, con 17.4 por ciento.
Ayer comenzó la buena, que se conocerá el 10 de octubre.
Pero brincaron los derrotados, los que tenían sueños guajiros.
Gibrán Ramírez, el mirrey de la izquierda, que no es izquierda, mentó madres y acusó fraude.
Dice que el presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, es compa de Mario Delgado y cita una fotografía que circuló en twitter, facebook y toda red social conocida o por conocer, en la que platican amistosamente en una cafetería.
Se dijo encabronado, en diversas entrevistas.
Las tribus
Y así, la lucha de tribus, de grupos, tal como en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de donde brincó la mayoría de los oportunistas a Morena.
No tendría por qué ser distinto.
Compiten tres mujeres por la dirigencia, incluida Yeidckol Polevnsky, con pase automático para la equidad de género.
Para la secretaría general, la senadora Citlalli Hernández, es la buena.
Y hay más aspirantes.
Muñoz Ledo, tras la madrina a Delgado Carrillo, insistió en que esto es un cochinero, pero continuará en la pelea.
El cochinero cuando Alejandro Encinas y Jesús Ortega competían por la dirigencia perredista en 2008, hoy se ha replicado en el morenismo.
Ha lanzado duras críticas a su competidor principal, quien tiene la venia de Andrés Manuel, precisamente.
Advierte que si Delgado gana la encuesta, la buena, la chida, Ebrard Casaubon, vicepresidente de facto, quitará poder a López Obrador y su sexenio terminará en ese momento.
Sería de tres años, nomás.
Antes, dijo que expulsará tanto a Ebrard como a Delgado, si él triunfa.
Ese cochinero es el que se censuró ayer desde Palacio.
Morena vive una guerra intestina de tribus por la dirigencia nacional, tal como sucedió y sucede en el PRD.
Sí, como las tribus o corrientes.
Y es que en el relevo de la dirigencia de Morena están en juego el 2021 y 2024.
Es decir: la elección intermedia, donde estarán en disputa la Cámara de Diputados, clave para la segunda parte del sexenio de Andrés Manuel, y quince gubernaturas.
Y la presidencial.
Ahí, Marcelo Ebrard y Mario Delgado buscan apuntalar su proyecto -de hecho el canciller, vicepresidente, secretario de Gobernación, secretario de Relaciones Exteriores, secretario de Economía y lo que se le ocurra a su Carnal es hoy el candidato, sin duda-, en abierto enfrentamiento con Claudia Sheinbaum, quien sueña con la candidatura, Bertha Luján, Alfonso Ramírez Cuéllar y su candidato, Porfirio Muñoz Ledo.
Por eso es fundamental, clave, el relevo en el partido.
Por eso Andrés Manuel, quien dijo no opinaría del proceso en Morena, ayer los puso quietos.
O cuando menos intentó.
– El pueblo manda y es mucho pueblo para tan poco dirigente, dijo.
El candidato del tabasqueño es Delgado.
Habrá que ver cómo le da vuelta a esa madrina que, al menos en la de popularidad, le dio Porfirio.
Alguna manera habrá de conseguirlo.
Andrés Manuel no quedó satisfecho con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de avalar la consulta para enjuiciar a los expresidentes, pero modificando la pregunta.
-Creo que fue un avance importantísimo lo de ayer (jueves).
Es poco clara.
La esencia es que se aprobó que se pueda llevar a cabo la consulta.
Sobre la pregunta, es así muy genérica, yo no diría abstracta porque sería mucho, pero sí, poco clara.
Lo importante aquí es que se lleve a cabo la consulta.
Mientras, los ministros que avalaron la consulta, todos leales a Andrés Manuel, se justificaron ayer.
No tienen vergüenza.
Vámonos: ¿Verdad que sí pueden contener a los manifestantes?
Nomás es cosa de que quieran.
Omar García Harfuch muestra idea en la SSC de la ciudad.
Aunque los engañaron -no les dieron todos los petardos y las bombas molotov-, los dizque anarcos fueron contenidos en la marcha de ayer en el marco del 2 de octubre.
Bien.
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