El gasolinazo que niega Hacienda; Barrales se
guarda y afina estrategia; camarada AMLOVICH
La gasolina ha subido de precio desde que comenzó el año.
Es un gasolinazo.
Así, sin rodeos.
El incremento en el precio del petróleo a nivel internacional y la inestabilidad del peso ante el dólar desde que comenzó 2018 han derivado en un alza del litro de gasolina de hasta 80 centavos.
A mediados de diciembre, la Magna se vendía en 16.35 pesos y al cierre de esta semana ha rebasado los 17 pesos al ubicarse en 17.13 y hasta 17.15.
Y eso que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha vuelto al subsidio de los combustibles, argumento que utilizó para el gasolinazo del 1 de enero de 2017, cuando subió hasta 20 por ciento -tres pesos – y provocó protestas y saqueos.
Entonces, dijo que el subsidio –lo llaman elegantemente estímulo– rondaba los 200 mil millones de pesos anuales, por lo que adelantó, incluso, un año la liberalización del precio de los combustibles, previsto para 2018.
La decisión fue evidentemente electorera, porque sabían que, de hacerlo hasta este enero, el voto de castigo al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a su gobierno habría sido mayor.
Y el incremento continuará.
Despacito, como dice la canción de Luis Fonsi.
Del 1 al 5 de enero, la inyección fue de 425 millones de pesos diarios, a diferencia de los 275 con los que cerró diciembre.
Desde el 30 de noviembre de 2017, el precio lo fija cada gasolinera.
War room
Alejandra Barrales Magdaleno se encerrará este fin de semana con su equipo de trabajo.
Diseñará la estrategia de su inminente campaña rumbo a la elección del 1 de julio.
La coalición Por la CDMX al Frente necesitaba ya definirse, porque Claudia Sheiunbaum, la candidata de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), anda en campaña desde mediados de diciembre.
Y eso es ventaja.
Tras ganar las encuestas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para ser la candidata del Frente -integrado por PRD, PAN y MC-, el siguiente paso, además de formalizar en el Consejo Estatal de febrero y registrarse ante el Instituto Electoral local, es trazar la ruta.
Terrorismo de twitter
Donald Trump es un vendedor de saliva.
Un terrorista de twitter.
Nuevamente se lanzó contra México, a cinco días de que se reanuden las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Ayer se informó que la sexta ronda de pláticas, programada en Montreal, Canadá, del 23 al 29 de enero, se adelantará para mañana.
Asegura que Estados Unidos necesita el muro -ese que prometió en su campaña-, para protegerse de los sanguinarios narcotraficantes mexicanos, cuando Estados Unidos es el mayor consumidor de droga del mundo.
Y, por si fuese poco, insiste en el condicionamiento del acuerdo comercial, a que los mexicans will pay the wall (mexicanos pagarán el muro).
Luis Videgaray Caso, el aprendiz de canciller, respondió en twitter que México no pagará ni un penny (centavo).
Y es un hecho: México no pagará y mucho menos este gobierno… porque ya se acabó.
Trump cumplió ayer un año en el gobierno y no ha sucedido.
Le quedan tres.
Injerencia o ingerencia
¿A quién diablos se le ocurrió ligar a Andrés Manuel López Obrador con Rusia?
Felipe Calderón Hinojosa dijo en 2006 que era Un Peligro para México. Que si votabas por él perderías tu plancha, tu horno de microondas, tu pantalla de 60 pulgadas y más.
Comenzó a ligarlo con Hugo Chávez, entonces presidente de Venezuela.
El PRI aseguró en 2012 que el tabasqueño seguía siendo un peligro para México.
O sea, Un Peligro para México reloaded.
Y hoy, el mismo PRI no sólo ha acusado al tabasqueño de tener nexos con Venezuela y con el régimen del presidente Nicolás Maduro.
Le sembraron muros con leyendas en Caracas.
Postearon videos de una presunta venezolana que pide no votar por él.
Y, ahora, lo acusan de ser financiado y apoyado por Rusia.
Enrique Ochoa Reza, el dueño del centenar de taxis y dirigente del tricolor, hasta lo llamó AndresManuelovich, a lo que el creador, dueño y candidato presidencial de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) contestó con burlas y mofas.
¿Se trata, entonces, de una injerencia o de una ingerencia?
Marrullería, guerra sucia.
Vámonos:
¿Por qué no levanta la campaña de José Antonio Meade?
Porque no ha terminado de ser aceptado por los priístas.
Porque su discurso suena vacío, frío, sin chispa.
Y ya tiene en el equipo a medio gabinete.
Ayer, Vanessa Rubio se sumó a la campaña.
Ha trabajado con él desde la cancillería y mucho antes.
Le urge un cambio de bateadores.
albermontmex@yahoo.es