Mientras en Estados Unidos, el epidemiólogo oficial del gobierno de Joe Biden pide a los padres de familia vacunar a los niños, en México los padres de familia piden al gobierno de Andrés Manuel López Obrador vacunarlos.
El mundo al revés.
Fauci advierte que la mayoría de los niños enfermos graves de Covid no fueron vacunados por irresponsabilidad de sus padres.
Aquí, el subsecretario Hugo López-Gatell Ramírez y su jefe Andrés Manuel aseguran que no es necesario. Que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no lo avala.
Pero no dicen por qué se aplicaron las vacunas CanSino y Sputnik o pretenden utilizar la Abdala, de Cuba, que la OMS tampoco ha avalado.
Más aún, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, dijo el martes que a los niños contagiados se les puede tratar con té, VapoRub y paracetamol.
Esa es la diferencia entre un gobierno serio y responsable y uno que sólo piensa en recortes y más recortes -porque eso no es ahorro, es desabasto- para reunir los 500 mil millones de pesos que se necesitan para regalar cada mes a su clientela electoral.
Es la compra del voto.
Y por eso continúa la popularidad de Andrés Manuel arriba de 60 por ciento.
Por supuesto tiene su voto duro, el que ha mantenido desde 2006, cuando Felipe Calderón Hinojosa le robó el triunfo con aquel 0.56 por ciento, pero si a esos 16 millones de leales se le suman al menos veinte millones de beneficiarios de los programas sociales, el resultado es esa popularidad y respaldo sorprendente.
¿Por qué sorprendente?
Porque en esos 31.1 millones de votos con los que arrasó en 2018 están incluidos mexicanos que creyeron en él de las clases media y hasta alta y que hoy están decepcionados por la serie de yerros y decisiones contrarias a la lógica primaria. Lo han abandonado.
Ese miedo de Andrés Manuel a perder puntos en la aceptación y a poner en riesgo los triunfos en las elecciones intermedias rumbo a la presidencial de 2024 le ha llevado a no utilizar cubrebocas -reconocido por él, porque afecta su imagen de hombre fuerte y sano-, a negar la realidad cuando los números son alarmantes y a asegurar “aquí no pasa nada”.
De ahí la relevancia que tienen las declaraciones de Anthony Fauci, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, quien advierte sobre la relación directa entre la no vacunación de los niños y la enfermedad grave por Covid que desarrolla la mayoría.
Reitero: el mundo al revés.
Por lo pronto, ayer ya se alcanzaron los 20 mil contagios de nuevo, lo que no sucedía desde agosto de 2021 con el pico de todos los tiempos, hasta ahora: 20 mil 626, por 28 mil 953 de entonces.
Y faltan menos de dos mil para el pico de enero de ese mismo año: 22 mil 339.
Se tambalea Américo Villarreal
Nubes negras sobre el candidato de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al gobierno de Tamaulipas, Américo Villarreal.
A las impugnaciones de Maki Ortiz por lo que califica de desaseo en la encuesta interna, esa que nadie conoce y que los tapetes aplauden, en la que al lado de Rodolfo González Valderrama era precandidata morenista, se suma la inminente renuncia de César Augusto Verástegui a la secretaría de Gobierno estatal para ser el candidato de la poderosa alianza PRI, PAN y PRD.
Sí, esa alianza que le dio una paliza a Morena y sus rémoras Verde y PT en la CDMX de Claudia Sheinbaum y en el Edomex, de Alfredo del Mazo.
Mientras Villarreal no consiguió hace unos días el respaldo del morenismo tamaulipeco, la sombra de Verástegui se levanta amenazante y las impugnaciones de Maki Ortiz no cesan.
La candidatura de Morena es la más débil.
Sigan haciendo encuestas inexistentes.
En las urnas pagará Mario Delgado.
Vámonos: Que no hay gasolinazo, dice Elizabeth García Vilchis, la desmentidora oficial.
¿Entonces por qué el litro de Magna cuesta hasta 23.50 pesos y la Premium hasta 25.50?
Ah, ya sé: se contradicen.
Porque Ricardo Sheffield, el perdedor candidato en León, Guanajuato, titular de la Profeco, confirmó el incremento de la gasolina, el lunes.
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