En el pleito entre Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López Hernández por mil millones de pesos, lo grave para Claudia Sheinbaum Pardo no sólo es el manejo turbio del presupuesto público, una contradicción a la cantaleta de Andrés López Obrador y de ella, sino la fractura y lucha intestina en Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Sí, porque confirma que ni son distintos, ya que hay irregularidades o corrupción en materia del erario ni son una clase política única, echa a mano y tocada por Dios, como ha sido la cantaleta del que se fue a La Chingada.
Para Sheinbaum, el pleito entre Monreal Ávila y López Hernández, coordinadores de diputados y senadores, respectivamente, por poco más de mil millones de pesos es un asunto menor.
Y aunque dijo que debe investigarse y, en su caso, sancionar a quien los haya desviado del presupuesto del Senado de la República, como acusa López Hernández, sabe que ese no es el problema, sino la división y la lucha de grupos en el partido.
Y no es que sean cien pesos, pero eso pasa a segundo grado cuando la narrativa ha sido la de la unidad, la lealtad y la obediencia.
Como si fuéramos ciegos para no ver que, como en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), génesis de Morena, hay tribus y grupos políticos.
Al ex secretario de Gobernación y coordinador de los senadores de Morena no le gustó que en la Cámara de Diputados se recortaran cien millones de pesos al gasto del Senado.
Y ahí empezó la balconeada.
El ex gobernador de Tabasco acusó a su antecesor y hoy coordinador de los diputados morenistas de haber desviado esos mil millones de devaluados, pero útiles pesos, en contratos a empresas fachada.
Una, por presuntamente dar mantenimiento a los elevadores del Senado, y, la otra, por el servicio de almacenamiento o archivo.
Y, fuera de sí, advirtió que instruyó al jurídico del Senado a iniciar denuncias correspondientes.
Los diputados salieron a defender a Monreal Ávila y uno que otro senador a López Hernández.
Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, pidió calma y dialogar, mientras Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Cámara de Senadores, aseguró que se trata de un tema personal y dio la razón al ex secretario de Gobernación, además de que dijo que esas cantidades de recursos son irrelevantes para lo que representa el total del Senado.
El pendenciero senador trató de minimizar los hechos y dijo que va a haber acuerdo y paz.
Y aunque políticamente la nota -como se dice en el argot periodístico- es la fractura, no deja de ser grave el presunto manejo irregular, vulgo corrupción, y discrecional de esos cientos de millones de pesos.
El pleito alcanza hasta La Chingada, donde Adán Augusto lleva la delantera por ser amigo personal de Andrés Manuel.
Sheinbaum Pardo tendrá que acatar lo que decida su resentido jefe y promotor.
Vámonos: En dos semanas será el relevo en las 125 alcaldías del Estado de México. Por cierto ¿alguien ha visto a la gobernadora, Delfina Gómez?
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