Los peces de colores estaban nadaban plácidamente en el acuario de aquel barrio, en película blanco y negro, pero el único que podía ver esas visiones era el Miguel Roca, había sido un tronchón para el trompo, pero ya estaba cansado de rodar y rodar por la gran ciudad, sin dinero y sin hogar como un perro negro y callejero, como que se quería morir e hizo todo lo posible hasta que lo consiguió, prender a la huesuda fría y flaca, y luego su carnalito Ulises lo quiso imitar, pero lo único que pudo hacer, fue que le tiraran los dientes y enchuecaran la nariz como al Huitlacoche Medel, por que no madre y tampoco tenía nada de esgrimista y para aplacar sus ansias redentoras de rebelde sin causa, se fue moto y en la moto a mirar el mar, aunque nomás llego al Lago de Guadalupe, pero así apacentó su ansiedad por la calaca y colorín colorado esta película denominada: “el chico de la mota, perdón de la moto” o Rumbler fish, termino el cine ¿a poco no estuvo de lux? Cuestionó el Johnny Barrancas Deyvid y al Robert. -No manches contestó el último, ya no fumes de esa madre, ya estas delirando, mejor pásame la caguama, porque ya sabes que a mi la “mostaza” me adormila, nunca me han latido. Entretanto el Deivy le pidió un tren del cigarrillo loco, las bocanadas fueron aspiradas cual Manuel Inclán en “Nosotros los pobres!. A mí de las películas que más me gustaron fue la de ¿Cómo ves? Dijo el panelista Beto Turrent, de las primeras del rock mexicano, donde sale el Chucho Cadáver y la Zapa y dos tres en el Mercado Martínez de la Torre, allá por Garibaldi. ¡Oyeaaa! Grito el Barranqueño, oh sí como no recordar a la Zapa o al Masacre 68, aquella tocada “contra la represión” ¡esos si eran toquines! no fumarolas como los vives latino, ahí estaban en aquella tarde amenazando lluvia sobre unas tarimas, el gritante Aknez, el baterista July y el bajista el Chompis, en el Auditorio Nacional cuando andar con los pelos parados era un sacrilegio, una blasfemia. El gritante solicitaba al público reconocedor, en el improvisado escenario: haber una chifliza para que ese pinche bajista afine su instrumento, y luego el slam revolotea cuando se avienta la de “crimen capitalista/ crimen capitalista, muerte miseria y destrucción/ y su madre es la bandera aaauuuuuu y luego el himno de los sexpistols de petatiux “ masacre masacre 68 no te olvidare/ seremos masacrados policías corruptos no/ policías corruptos noooooo… o cuando la Zappa de la Secta Suicida en plena Alameda con el ejercito rondando por las elecciones del 88, sin pedir permiso gritoneaba con su punketa humanidad de la forma más salvaje y sexual, “ahora quiero ser tu perra/ ahora quiero ser tu perra… Y comenzaron a recordar los conciertos de la era dorada. Te acuerdas de allá por Iztapalacra continúo el Sid Vicius de las Barranca, cuando el Síndrome del punk, cantaba aquella de “!hoy es el gran día ponte tu chamarra y párate los pelos punk suicida, punk suicida…, o cuando le llegaba la santidad y a grito aguardentoso sacaba de su ronco pecho aquella de “en el cielo una hermosa mañana/ en el cielo una hermosa mañana/ la Guadalupana la Guadalupana la Guadalupana bajo al Tepeyac, .., o aquellos conciertos del Lucifer, que organizaba en el metro Balderas no tenían progenitora, era un hoyo nauseabundo oloroso donde bajaba toda la banda chilanga y la megaperiferia, que se reventaba cuando tocada el TRI de México y el Alex Lora, decía: la cosa es echar desmadre mi niños haber una chifliza para el Carlos Salinas Robartary y los recordatorios maternos no se dejaban y esperar las rolas legendarias como aquella de “…yo soy un chavo de onda y me pasa el rocanrol/ o si estas cansado de ir al la escuela y buscas trabajo y no tiene cartilla/ olvídate de todo por un momento y que viva el rocanrol… o aquella vez que vino la Bostik de acuerdas cuando el guadaña casi se moja los pantalones cuando cantaba “…que Dios salve a las bandas porque perdidas están…y que llega el Bozo bien cementoso, que saca la matona y babalu la apuso en su carta de apache y que la tocada se acaba para que se curaran de espanto los del barrio y desde entonces pura guacharaca de Colombia vale cobras, nada de rock, te acuerdas de cuando vino la Cuca, de Guanatos a la Arena López Mateos y se reventó “la balada” aquella que perturbaba al mas recio con la letra “…y no hay mas/ ya cortaste mis brazos mis piernas y no hay más… y cuando fuimos dar al Alicia en la colonia Roña o la Cuauhtémoc cuando tocaron los peyoteros de los Ocelotes y los desdoblamientos en la ciudad estuvieron de antología, ¡ahha! pero para conciertos los de la Prepa popular de Fresno, que pirañeaba el pinchi Chiquilin, que la regenteaba y organizaba de cabritos y kábulas cerraban la avenida y la armaban, fue memorable cuando estuvo el Café Tacuba, “·¡pinche pinche Juan pinche Juan …y el Barrancas hacia el slam como orate y también cuando fue la Bostik, ¡aviéntese locos… pero hasta al mejor mafioso que diga organizador se le va la maleta, cuando aquella morra creo se llamaba Claudia que llego en un camionetota y la Cheyenne apá, con un vato y que les saca el fogón y que adiós a las entradas , pero esa es otra historia…..
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