Andrés Manuel López Obrador sabe perfectamente que ya no está para grandes esfuerzos.
El cateterismo que se le practicó ayer en el Hospital Central Militar no es cualquier cosa, no es una revisión médica de rutina, aunque pretendan hacerlo creer desde Gobernación y Palacio Nacional.
El infarto que sufrió en septiembre de 2013 después de perder las elecciones presidenciales por segunda ocasión -2006 ante Felipe Calderón y 2012 ante Enrique Peña Nieto-, lo ha hecho visitante asiduo de los hospitales y de los cardiólogos.
La revisión de rutina y programada, como tuiteó el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, no se dio a conocer como debió hacerse la mañana del viernes, después de su conferencia en Palacio Nacional.
Se ignora por qué no se hizo.
Hubo un vacío de información de al menos siete horas.
Desde ese momento, Andrés Manuel se veía sofocado, tenso, con prisa por irse. Fueron los minutos finales de la conferencia.
El lunes, cuando regresó del segundo contagio de Covid-19, dijo que sí viajaría el fin de semana, que tendría gira.
Hidalgo o Nayarit, mencionó como opciones.
El miércoles, dijo:
-Bueno pues los veo mañana. Lo vamos a decidir mañana. Mañana lo decidimos.
Para ver si ya estamos en condiciones. Porque siempre hay un post covid.
Y este es un post, post covid.
-¿Depende lo que digan los médicos?
-Sí, sí, lo que me recomienden, contestó.
Ayer, cuando la preguntaron si viajaría, dijo que no.
-Ya, es ya fin de semana y vamos a trabajar bastante.
Descansen.
-¿Va a salir?
– Vamos a estar aquí y nos vemos el lunes y que la pasen muy bien.
Muchas gracias, dijo y se dirigió hacia la puerta por la que entra y sale todas las mañanas del salón Tesorería.
Al filo del mediodía ya corría la versión de que el presidente estaba hospitalizado.
Lo que no han entendido o parecen no querer entender es que no se trata de Andrés Manuel López Obrador, sino del presidente de México y, como tal, existe una responsabilidad y obligación con el país y con los mexicanos.
Fue hasta después de las cuatro de la tarde, que Ramírez Cuevas tuiteó:
-Esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó al hospital central militar de la @SEDENAmx para llevar a cabo una revisión médica de rutina programada.
Y nadamás.
A las 20:34 horas fue Adán Augusto López Hernández, desde la cuenta de la Secretaría de Gobernación quien tuiteó para informar que Andrés Manuel fue sometido a un cateterismo, después de ser evaluado.
¿Quién asume el mando de la nación cuándo no está el presidente?
La Constitución Mexicana señala en su artículo 84 que ante la ausencia permanente del Presidente de la República y mientras el Congreso nombra a un presidente interino o sustituto –debe ser en un plazo no mayor a sesenta días- el secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo.
Si la ausencia se da en los primeros dos años del mandato, el Congreso se erige en Colegio Electoral y nombra a un interino y convoca a elecciones.
Si ésta se da en los últimos cuatro años del sexenio –este sería el caso- el Congreso elige a un sustituto que concluirá el periodo.
Y así se ha hecho en Estados Unidos, por ejemplo.
En noviembre de 2021, Joe Biden fue sometido a una intervención quirúrgica y Kamala Harris, vicepresidenta, asumió el mando del Ejecutivo por una hora y 25 minutos.
Aquí, Adán Augusto debió hacerlo ayer mientras López Obrador estaba en el quirófano.
Pero ni siquiera se informó.
Cuando en marzo de 2013 Vicente Fox Quesada fue intervenido de una hernia en la columna vertebral, Santiago Creel Miranda, secretario de Gobernación, asumió el mando hasta que el guanajuatense se recuperó.
Felipe Calderón cayó de la bicicleta el sábado 30 de agosto de 2008 en Los Pinos. Ahí solía ejercitarse.
Se fracturó el hombro izquierdo, pero nadie lo sustituyó.
Enrique Peña Nieto, en tanto, entró al quirófano dos veces.
El 31 de julio de 2013 por un nódulo benigno en la tiroides.
El viernes 26 de junio de 2015 para extirpar la vesícula biliar.
Ahora, a esperar la recuperación de Andrés Manuel, porque, reitero, no es una intervención menor.
Y aún tendrán que esclarecer muchas cosas.
¿Por qué lo ocultaron tantas horas?
¿No que no?
Nomás regresó al gabacho, a su pueblo, Jennifer Granholm emitió un comunicado en el que advierte que siempre sí les preocupa la reforma eléctrica, porque pone en riesgo las inversiones.
Vámonos:
El fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que obliga a los periodistas y comunicadores de radio y televisión a distinguir entre información y opinión es un absurdo.
Una tontería promovida por Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y avalada por los ministros… que puso López Obrador.
Atenta contra la libertad de expresión, contra el derecho de acceso a la información y contra las garantías individuales.
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